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La campaña de moralización llega a los familiares de dirigentes chinos

La campaña de moralización y contra la delincuencia en China ha llegado a las filas del propio partido comunista y muy particularmente a los jóvenes, que en algunos casos han pagado con su vida la pretendida inmunidad de que creían gozar por sus relaciones familiares. Entre los jóvenes a los que se ha aplicado la pena capital por delinquir se encuentran desde descendientes de héroes de la revolución a un pariente del presidente de la República.El mariscal Zhu De, comandante del Ejército Rojo que conquistó China, es tan reverenciado entre los héroes revolucionarios que en el mausoleo de Mao cuenta con un panteón. Pero uno de sus nietos, Zhu Guohua, fue ejecutado en Tianjin el pasado mes de octubre acusado de violación, según fuentes oficiales chinas.

Otra información procedentes de Hong Kong decía a primeros de mes que otro nieto de Zhu De, Zhu Yuanchao, se salvó de la pena de muerte por delitos económicos sólo porque algunos chinos veían como un insulto a la memoria del mariscal ejecutar a dos de sus sucesores.

Estos castigos forman parte de una campaña contra conductas flagrantemente ilegales por parte de hijos de dirigentes o miembros del partido y del Gobierno que gozaban de una vida privilegiada en una sociedad sin clases.

Como parte de la campaña, un sobrino-nieto del presidente Li Xianian fue ejecutado en Xian por violación y asesinato, y un hijo del viceministro de Asuntos Exteriores Yao Guang fue detenido en Pekín por traficar con pornografía. La Prensa china ha venido advirtiendo contra los abusos derivados de lazos familiares.

Los artículos constituyen un elemento de la campaña de rectificación del partido, que pretende acabar con el radicalismo y la corrupción entre los 40 millones de miembros del Partido Comunista de China.

Privilegios

Una directiva del Comité Central se quejaba el pasado octubre de que dirigentes y miembros del partido se aprovechaban de su posición para conseguir plazas en los colegios, trabajos, permisos de residencia y viajes al extranjero para sus hijos y otros parientes.El problema también se da en la Unión Soviética y en otros países comunistas, donde el igualitarismo revolucionario ha generado una poderosa elite burocrática. Los hijos de los funcionarios chinos tienen una notoria fama de ignorar la ley y, por ello, dañar la credibilidad del partido entre la gente de la calle.

Estos jóvenes son llamados huahua gongzi, un término peyorativo equivalente a playboy. Acuden a colegios especiales, crecen en espaciosas casas, conducen los coches que se conceden a sus padres y compran en tiendas especiales vedadas al público.

Para rebajar la soberbia de estos muchachos, el Diario del Pueblo publicaba hace dos semanas una carta escrita en 1949 por Chen Yu, en la actualidad presidente de la Comisión de Inspección de Disciplina, al hijo de un revolucionario amigo. Chen aconsejaba al muchacho "no menospreciar a la gente y nunca violar la ley".

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