_
_
_
_

Las 'barreras' se rompieron para permitir el acceso de los minusválidos a un teatro

Muletas apoyadas en algunas butacas, y sillas de ruedas en los pasillos, eran lo que diferenciaba la función del pasado viernes de otras que se han desarrollado hasta ahora en la sala Gayo Vallecano. Las risas y los aplausos sonaron, en cambio, igual que otras veces. Partían de un grupo de minusválidos para quienes asistir al teatro está fuera de sus posibilidades, principalmente por las barreras físicas que les impiden tener acceso a las salas.

Durante unas horas, los asistentes olvidaron, sin embargo, sus problemas y disfrutaron de la sesión realizada dentro de las Jornadas Culturales de los Minusválidos que se han celebrado esta semana. Además de la representación teatral, los asistentes escuchar a Luis Eduardo Aute, Luis Mendo y Pablo Guerrero. La iniciativa de hacer estas jornadas partió de la Asociación de Minusválidos Unidos, que deseaba cerrar la segunda edición de su certamen literario de una forma diferente. El jurado -formado por Fermín Cabal, Andrés Amorós, Gloria Fuertes, Manuel Aznar, Mercedes Iglesias y tres representantes de organizaciones de minusválidos- seleccionó los mejores trabajos.Con motivo de la entrega de premios, la Asociación de Minusválidos Unidos consiguió una subvención del Instituto de la Juventud del Ministerio de Cultura, y se Paso en contacto con el grupo Gayo Vallecano, que ofreció la sala de la avenida de San Diego. El viernes, un centenar de disminuidos físicos, algunos en sillas de ruedas, se acercaron al teatro. Accedieron a la sala después de que dos personas les ayudasen a bajar las escaleras de entrada a la sala. "Las fórmulas nuevas de teatro no están al alcance de los minusválidos", manifestó Pilar Ramiro, secretaria de la Asociación de Minusválidos Unidos. "Las obras clásicas las vemos en la televisión pero el teatro actual nos está vedado porque exige movilidad. Las salas no están pensadas para nosotros. No podernos permanecer en sillas de ruedas en los pasillos porque lo impiden las normas de seguridad, y para sentarnos estamos necesitados de una persona que te transporte. Eso sin contar con que muchos locales tienen escaleras y ninguno dispone de servicios que tengan puertas con una anchura de 80 centímetros".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_