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Luto en el Kremlin

El entierro del lider soviético será el martes en la plaza Roja

Pilar Bonet

Mientras los ciudadanos soviéticos comenzaron ayer tarde a desfilar disciplinadamente ante el cadáver del líder soviético Yuri Andropov, expuesto en la Casa de los Sindicatos de Moscú en espera de su entierro, el próximo martes, en la plaza Roja, la atención política se centraba en saber cuándo se reuniría el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Sus algo más de 300 miembros son los encargados de elegir, a propuesta del Politburó, al nuevo secretario general de los comunistas soviéticos.Esta reunión, cuya fecha no había sido aún anunciada anoche, podría, no obstante, haberse celebrado en la tarde de ayer, según algunas fuentes. La opinión mayoritarla es que el comité central esperará al lunes para decidir quién habrá de hacerse en el futuro con las tiendas de la Unión Soviética.

El rostro del cadáver de Yuri VIadimirovich Andropov aparecía lívido como la cera bajo el haz de luz blanca que le enfocaba directamente en la penumbra de la Sala de las Columnas del antiguo palacio moscovita, que es hoy la sede representativa de los sindicatos soviéticos.

Las arañas del techo habían sido cubiertas con un tul negro, y por el recinto se esparcía un intenso perfúrrie procedente de las coronas de flores desparramadas por doquier y que prácticamente sepultaban el cuerpo del fallecido en una nube de color.

A los pies del túmulo se había colocado un panel de almohadillas de raso rojo, acribillado por las numerosas medallas recibidas por Andropov a lo largo de sus 69 años de vida.

Junto al cadáver, sentado en compañía de una mujer joven, aparecía ell hijo de Andropov, Igor, diplornático de profesión, que unas horas antes, poco después de las tres de la tarde, había recibido a Constantin Chernienko, de 72 años., que es también el presidente de la comisión oficial de duelo, constituida por un total de 27 personas.

Detrás de Chernienko desfilaron todos los miembros del Politburó, que: abrazaron y besaron a las dos mujeres que recibieron el pésame, la viuda de Andropov, Tatiana,y su hija, Irina. El número de besos intercambiados y la efusión de las expresiones varió en cada caso, según mostraron las cárnaras de televisión, que en ningún momento enfocaron de frente a las dos mujeres. El grado de expresividad emotiva se atribuye a la familiaridad existente con el fallecido. A Chernienko se le vio con ademán desenvuelto, pese a su avanzada edad y la precaria salud que se le atribuye. El ministro de Asuntos Exteriores, Andrei Gromiko, no cambió en momento alguno la expresión de su rostro.

La sucesión de Andropov sigue siendo una incógnita, incluso para los iniciados, y las apuestas están a la orden del día en los medios occidentales -diplomáticos y periodísticos- de Moscú. En todo caso, la sucesión de Andropov ha tardado ya más tiempo en anunciarse que la de Breznev, ya que en aquella ocasión él tema quedó resuelto en 48 horas. La rapidez con que se procedió, tras la la muerte de Breznev, a la elección del secretario general sirvió, o se quiso que sirviera, para dar la impresión de coherencia y unidad en los órganos directivos soviéticos.

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Una demora en la elección del sucesor de Yuri Andropov mostraría la existencia de divergencias en el seno del poder

Viene de la primera páginaLos observadores políticos en Moscú señalan que una demora demasiado prolongada en la elección del sucesor de Yuri Andropov puede fomentar la impresión de falta de unidad, lo que resultaría peligroso en un momento de tirantez internacional como el actual.

En medios occidentales de diverso signo político se da importancia a la elección de Constantin Chernienko como presidente de la comisión oficial de duelo. Otros nombres suenan también. Algunas fuentes llaman, sin embargo, la atención sobre un artículo aparecido el pasado día 8 en el órgano oficial del partido, Pravda, en el que se comentaba muy favorablemente un libro de recopilación de discursos y artículos de Chernienko que acaba de ser publicado.

El artículo de Pravda no va firmado. Veteranos corresponsales en Moscú subrayan, sin embargo, que un artículo del mismo corte apareció también en la Prensa soviética antes de la muerte de Breznev y, en aquel entonces, dio lugar a especulaciones.Aunque las muestras de pesar popular por la muerte de Andropov quedan lejos de las que siguieron al fallecimiento de Lenin o Stalin, la impresión sacada por varios observadores occidentales, incluida esta corresponsal, en conversaciones con ciudadanos soviéticos, es que el estilo austero de Andropov y su énfasis en la moralidad pública encontraban un eco favorable en la población.

Una fuente soviética contrapuso su simpatía por Andropov con su desagrado por Grigori Romanov, el ex secretario del PCUS en Leningrado y miembro del Politburó, considerado en algunos círculos como posible candidato a la sucesión. A Romanov se le atribuye un estilo de vida apegado al lujo, acorde con el que se le suponía al difunto Breznev y a sus familiares.

El mensaje del organismo dirigente soviético con motivo del fallecimiento de Andropov le califica de "hombre modesto y de principios" que manifestó siempre "su fidelidad a la causa de Lenin" en todos los puestos que le fueron encomendados y que repartió su energía entre la lucha por la paz, la cooperación socialista y la consolidación de los principios de la distensión.

Los periódicos soviéticos aparecieron ayer ribeteados de negro y con la foto del difunto Andropov en la portada. El órgano del Ejército, Krasnaia Zvezda, elogiaba al líder desaparecido diciendo que se esforzó en fortalecer la potencia y capacidad combativa del Ejército soviético.

Cuatro días de luto

Las autoridades soviéticas han decretado cuatro días de luto nacional, desde el sábado día 11 al martes 14. Este día no se impartirán clases en las escuelas primarias y secundarias. Cuando se celebran este, tipo de entierros se disparan salvas en Moscú y en las capitales de las repúblicas federales soviéticas, así como en las ciudades consideradas heroicas.

Las empresas interrumpirán cinco minutos el trabajo en el momento en que sea depositado el féretro en la fosa, con excepción de aquellas que tengan un ritmo continuo de producción.

En el marco del entierro se esperan contactos políticos de alto nivel entre los asistentes. Especial importancia se atribuye a la composición de la delegación china, que en el entierro de Breznev estuvo encabezada por el ministro del Exterior, Hunang Hua.

La agencia oficial soviética Tass no había facilitado hasta la noche de ayer ningún dato sobre la composición de las delegaciones. En cambio, una breve nota de tres líneas había informado que el vicepresidente norteamericano, George Bush, había emprendido una gira por Europa occidental. Tass no mencionó que Bush presidirá la delegación norteamericana como ya hizo en el funeral de Breznev.

Los medios de comunicación soviéticos difundían ayer numerosos mensajes de condolencia, pero, sobre todo, se esforzaban en reflejar una atmósfera de normalidad con noticias variopintas de diferentes campos de actividad.

Mientras tanto, la policía controlaba los accesos a la capital. El centro de la ciudad permanecía cerrado al tráfico, con excepción de las delegaciones autorizadas que acudían a presenciar el cadáver.

La plaza Roja aparecía desierta tras haber sido bloqueada con unas verjas metálicas. Varios cordones policiales, que comenzaban en el kalzo, o vía de circunvalación, se encargaban de filtrar los vehículos que se acercaban.

Cerca de la Casa de los Sindica tos se veían vehículos militares y numerosos soldados e integrantes de las fuerzas del orden público. Una de varios centenares de metros se extendía junto a la Casa de los Sindicatos.

Los silenciosos ciudadanos que esperaban eran flanqueados a intervalos de cuatro o cinco metros, por soldados del Ejército del Aire, de impecables capotes marrones, pertenecientes a la guarnición de Moscú. Algunos veteranos periodistas que presenciaron las honras fúnebres de Breznev, creían advertir, sin embargo, una menor solemnidad y un estilo más distendido que en aquella ocasión.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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