Morán afirma que no espera resultados espectaculares de la 'cumbre' hispano-francesa que comenzó ayer cerca de París

El ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, afirmó ayer que no hay que esperar nada espectacular de la reunión interministerial -la tercera cumbre hispano-francesa- que terminará esta tarde en el castillo de Rambouillet, cerca de París, en la que participan cuatro ministros españoles y sus homólogos franceses. Sobre el contencioso comunitario, Morán ha confirmado en la capital francesa que el litigio agrícola entre los dos países está dominando las conversaciones

.Según el ministro, ese problema constituye el obstáculo mayor, y ahora "trabajamos a partir del sistema de garantías mutuas para los productos agrícolas", lo que quiere decir que España les ofrecería garantías a los agricultores franceses del sur; y Francia, a cambio, tendría que ceder a negociar sobre la leche, la carne y los cereales del norte español.Los monjes de Rambouillet permanecen totalmente enclaustrados desde ayer, sin comunicación alguna con los informadores. Morán se ha revelado como el portavoz de esta tercera cumbre socialista París-Madrid. En varias entrevistas afirma que no es posible pensar en el no de la CEE a España, y, por otra parte recalca que no es suficiente la colaboración hispano-francesa contra ETA, organización que, z su vez, "se encuentra en situación desesperada". Morán añadió, refiriéndose a este seminario, que servirá "para dar un paso más hacia adelante en el proceso de mejora de las relaciones de los dos países".

Intensa presencia de Morán en la Prensa francesa

De no haberse producido La muerte de un fantasma, tal como titulaba ayer la Prensa parisiense al anunciar comentar el fallecimiento del presidente soviético, Yuri Andropov, las declaraciones de Morán a los medios informativos franceses, con motivo del seminario de Rambouillet, destinado a enfocar la andadura española camino de la Comunidad Europea, a alguien le habrían incitado a pedirle autógrafos. Anteayer, un artículo de fondo por todo lo alto en el depósito de los cerebros periodísticos franceses, Le Monde, para proclamar el europeísmo español. Ayer, unas amplias declaraciones al diario Le Quotidien de Paris, y otras no menos destacadas a Le Figaro.Al margen de lo que dice Morán, es de destacar que el hecho es una muestra del intento de comunicación que desde que llegaron los socialistas al poder se ha establecido entre Madrid y París. Que los métodos empleados sean los más idóneos es discutible, pero el intento existe.

En todas sus declaraciones, Morán habla de la entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) y de ETA. Y Francia es el denominador común. Morán repite que las tesis francesas sobre la agricultura mediterránea a largo plazo "nos interesan" (sucintamente se trata de financiar el Sur como se ha venido financiando la agricultura del Norte). Recuerda igualmente que el problema agrícola es espinoso, pero que no lo es menos el de la pesca, y éste es comunitario y no francés.

En resumen, dice que "estamos satisfechos de Francia", y que España no dirá sí a cualquier precio, pero que no es posible plantearse la eventualidad del no.

Sobre el problema etarra, el santuario del sur de Francia y la cuestión vasca en general, el ministro español de Exteriores dijo exactamente lo contrario de lo que piensan, y dicen a veces, los franceses: "Las medidas actuales (francesas) corresponden a un momento preciso y a una situación de ETA verdaderamente desesperada. Ahora bien, de todas maneras, la clave del problema está en Francia. El que ETA se encuentre en Francia como en un santuario es el hecho que ha creado el problema. Todo arranca de una componente geográfica. Pero creo que no depende sólo de Francia el final del terrorismo en el País Vasco".

En la cumbre hispano-francesa participan los respectivos ministros de Asuntos Exteriores, Fernando Morán y Claude Cheysson; los de Industria y Energía, Carlos Solchaga y Laurent Fabius; los de Agricultura, Carlos Romero y Michel Rocard; el ministro francés de Asuntos Europeos, Roland Dumas; y el secretario de Estado español de relaciones con las Comunidades Europeas, Manuel Marín.