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Manuel Gracia Navarro

consejero de Educación de la Junta de Andalucía, se quedó muy corto en el asunto del libro danés de educación sexual que el Gobierno autónomo mandó a los colegios como ejemplar de consulta y que tanto escandalizó a los bienpensantes. En Cornualles (Gran Bretaña) habían decidido dar un paso más imaginativo y comenzar en las escuelas clases de bingo sexual para chavales entre 10 y 13 años. El maestro repartía los cartoncitos y los alumnos marcaban en ellos las respuestas que se sabían. Las clases se impartían bajo el patrocinio del Consejo de Educación Sanitaria, pero sin permiso de las autoridades del condado, quienes han prohibido tan imaginativa práctica, no se sabe si por desacuerdo con los métodos o con los contenidos.

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