Nuevo fracaso en la misión del 'Challenger' al estallar un globo baliza que simulaba ser un satélite averiado
La explosión en el espacio de un globo baliza que simulaba ser un satélite averiado obligó a abortar ayer uno de los experimentos programados en la misión del transbordador espacial norteamericano Challenger que consistía en localizar y conseguir acercarse al globo baliza previamente lanzado por la nave. Este es el segundo incidente, en 48 horas, que se registra en esta décima misión del transbordador espacial norteamericano. El primero fue la pérdida del satélite de comunicaciones Westar 6 lanzado por el Challenger en la primera jornada de su viaje.
El globo, de dos metros de diámetro, que fue dejado en el espacio por el Challenger a mediodía de ayer, no llegó a inflarse, como estaba previsto, y posteriormente hizo explosión.Este incidente ha provocado la suspensión de una de las pruebas que debía realizar la tripulación del transbordador, y que consistía en dejar alejarse el globo para posteriormente localizarlo por radar y aproximarse a él maniobrando manualmente el transbordador.
La prueba tenía por objeto demostrar la posibilidad de localizar y acercarse a un supuesto satélíte averiado para recogerlo o proceder a su reparación. Dado que el Challenger no disponía más que de un solo globo, la prueba ha sido suspendida, y el control de tierra ha prohibido a la tripulación intentar acercarse a los restos del globo, debido a que entre ellos se encuentra una pesa de unos 100 kilogramos que podría suponer un peligro para el vehículo espacial.
Sin embargo, estos contratiempos no van a modificar la parte del programa de vuelo que prevé dos paseos espaciales, uno mañana, martes, y otro el próximo jueves, con utilización de las nuevas unidades de maniobra manual, que permitirán evolucionar libremente en el espacio a los cosmonautas Bruce McCandless y Robert Stewart.
Técnicos de la NASA anunciaron anoche, informa la agencia Efe, que habían establecido contacto con el satélite extraviado poco después de su lanzamiento, Westar 6, cuya construcción costó 75 millones de dólares, algo más de 11.250 millones de pesetas al cambio actual. "Aunque no hay esperanza alguna para salvarlo, es alentador saber que podremos al menos reconstruir la historia del fallo", precisaron los técnicos de la agencia espacial norteamericana.
Se da la circunstancia, de que Western Union se había decidido en principio por el lanzador europeo Ariane, principal competidor del Shuttle, para la puesta en órbita de este satélite, que proporcionaría comunicaciones comerciales entre Estados Unidos, Hawai, Puerto Rico y las islas Vírgenes.
Posteriormente, y debido, según los expertos, a presiones políticas, hizo el encargo al transbordador espacial, que le cobró una tarifa ligeramente superior a la habitual por haber hecho la reserva fuera de plazo.
Tanto el propietario como la NASA se han mostrado de acuerdo en señalar que la responsabilidad de la pérdida del satélite no es de la NASA, que efectuó correctamente el lanzamiento desde el Challenger.
Una de las hipótesis que se baraja es que la pérdida del satélite ha sido debida al fallo del sistema de propulsión PAM (payload assist module) de que disponía el vehículo y que debía, una vez que el satélite se encontrara fuera del transbordador, elevarlo hasta la órbita geoestacionaria (a 36.000 kilómetros de altura).
El satélite indonesio, Palapa B, segundo que transporta el Challenger y que será lanzado hoy a las seis de tarde, hora peninsular, va equipado con el mismo sistema de propulsión, por lo que se llegó a pensar en devolverlo a la Tierra hasta descubrir la causa del fallo.
La agencia espacial norteamericana (NASA) ha manifestado que cree que el satélite se destruyó por completo debido a la explosión del PAM. En este sentido, el Gobierno indonesio ha autorizado a la NASA a lanzar el satélite. El lanzamiento, previsto para el sábado, fue aplazado debido a la pérdida del Westar 6, propiedad de la importante compañía estadounidense de comunicaciones Western Union.
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