Ballesteros prestó declaración ante un juez de instrucción en San Sebastián

El comisario Manuel Ballesteros, ex jefe del Mando único para la Lucha Contraterrorista (MULC), prestó declaración el lunes por la tarde ante el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de San Sebastián, José María Gómez y Díaz Castroverde, que instruye diligencias previas contra el citado policía por presunto delito de denegación de auxilio a la justicia. Medios próximos a este policía indicaron que Ballesteros se encuentra "optimista y satisfecho" tras su declaración judicial.La justicia considera que Ballesteros, hoy apartado del mando directo de los servicios antiterroristas españoles, pudo incurrir en un presunto delito al haberse negado, supuestamente, a facilitar a la justicia la identidad de las tres personas que cruzaron ilegalmente la frontera hispano-francesa el 23 de noviembre de 1980, momentos después de producirse el ametrallamiento del bar Hendayais, en Hendaya (Francia), a consecuencia del cual fallecieron dos personas y otras 10 resultaron heridas.

Según una alta fuente de la Dirección General de la Policía, Ballesteros acudió ante el juez como cualquier ciudadano citado por la justicia, y su presencia allí fue aclaratoria, ya que el juzgado le reprochaba no haber atendido dos citaciones previas. La fuente informante dijo que por parte del mando policial se le va a prestar a Ballesteros todo el apoyo que necesite, y añadió que el ex jefe del MULC aseguró al titular del juzgado que no había recibido nada más que la citación mediante la que comparecía, por lo que, al parecer, quedó zanjado el asunto.

Medios próximos a Ballesteros manifestaron a este periódico que su declaración es secreto del sumario, aunque aseguraron que el citado comisario tenía intención, con anterioridad a su comparecencia ante el juez, de facilitar la versión que desde el primer momento viene manteniendo sobre el tema, y que expuso recientemente a los principales mandos del Ministerio del Interior.

Según esta versión, que conocen también los dos principales sindicatos policiales, Manuel Ballesteros desconocía la identidad de las tres personas que cruzaron la frontera, ya que no trabajaban para él, sino que eran antiguos colaboradores de su antecesor en el cargo, el comisario Roberto Conesa, hoy jubilado.

Cuando los tres colaboradores cruzaron la frontera y fueron retenidos en la comisaría de Irún facilitaron el teléfono directo de la Comisaría General de Información y hablaron con Ballesteros. Éste, siempre según la misma versión, puso el hecho inmediatamente en conocimiento del entonces ministro del Interior, Juan José Rosón, que autorizó su puesta en libertad.

EL PAÍS intentó ayer ponerse en contacto con Manuel Ballesteros, que se encuentra destinado actualmente en un puesto burocrático de la Comisaría General de Documentación. Un funcionario de su oficina manifestó que abandonó sobre las 14.30 su despacho y que no volvería hasta hoy. Preguntado por la declaración de su superior, manifestó desconocer este extremo, aunque confirmó a este periódico que durante la jornada del lunes estuvo ausente de Madrid "por asuntos particulares".