Detenidos en la Jonquera tres detectives que querían trasladar a España a un libanés secuestrado en París
Tres detectives españoles fueron detenidos ayer por la Policía Nacional en el paso fronterizo de la Jonquera (Gerona), acusados de intentar introducir en España, contra su voluntad, a un súbdito libanés supuestamente secuestrado en las cercanías de París. Los tres detectives fueron puestos en libertad, por orden judicial, a las diez de la noche de ayer con el único compromiso de presentarse hoy en el juzgado. Según fuentes policiales, la agencia a la que pertenecen los tres investigadores, Centripol, cumplía un encargo de una empresa de Madrid, denominada Lujfurs, SA, dedicada a la exportación de pieles. Al parecer, esa compañía quería localizar al secuestrado con la intención de que éste les saldara una deuda de tres millones de francos franceses (unos 57 millones de pesetas).
Los investigadores privados -que, según la versión policial, habían secuestrado a Pierre Mouselli, de 32 años, en las cercanías de París- eligieron las primeras horas del día para atravesar la frontera. Cuando los agentes pidieron la documentación a los detectives y al libanés comprobaron que este último no la tenía en regla, por lo que procedieron a interrogar a las cuatro personas, momento que fue aprovechado por el súbdito libanés para alertar a los agentes.Juan Antonio Pérez Rodríguez, de 35 años; Rafael Arroyo Andrino, de 39, y Juan Antonio López Pinto, de 36, trabajan para la agencia madrileña Centripol que, al parecer, actuaba por encargo de los directivos de Lujfurs, SA. Esta empresa había contratado días antes los servicios de los detectives para que localizaran al libanés y lo trajeran a España aunque fuera contra su voluntad.
El caso pasó ayer al juzgado de guardia de Figueres, donde se ha iniciado el trámite de las diligencias. Los tres detectives entraron esposados en el juzgado pasadas las cuatro de la tarde. El súbdito libanés víctima del supuesto secuestro acudió también a esa hora al juzgado. A las 22 horas el juez ordenó, sin embargo, la puesta en libertad de los detenidos con el compromiso de presentarse hoy en el juzgado.
Los detectives viajaban en dos coches: un R-18 con matrícula de Madrid y un R-20 con matrícula francesa, que era de alquiler.
El súbdito libanés presentaba en el momento de la detención síntomas de falta de visión y aturdimiento, por lo que fue necesario internarlo durante varias horas en un centro de Gerona. El médico forense, Narcís Bardalet, informó a este periódico que probablemente tenía afectada la visión por gases lacrimógenos.
Los tres detectives privados detenidos cuando intentaban introducir en territorio español por la fuerza al súbdito libanés Pierre Mouselli, a quien se le reclama una deuda de tres millones de francos franceses, estaban contratados por la empresa supuestamente afectada -concretamente, Lujfurs, SA, de Madrid-, dedicada a la confección de pieles y curtidos, cuyo gerente es el industrial José Ruiz Jareño. Esta persona, con la que intentó contactar este periódico, se encontraba ilocalizable ayer, por lo que se desconoce si ha sido llamado a declarar por la policía.
Exportación de pieles
Una alta fuente policial se negó a confirmar este último detalle, aunque indicó que detrás de este presunto secuestro se encuentra un asunto relacionado con la exportación de pieles.El industrial José Ruiz Jareño estuvo ayer por la tarde en un despacho de abogados, aunque ni en el citado bufete ni en su propia empresa informaron de su relación con los presuntos secuestradores. Lujfurs, SA, es una empresa con capital español que se dedica a la exportación de pieles y curtidos a Francia, Estados Unidos y Holanda, entre otros países.
El detenido Juan Antonio Pérez Rodríguez es el director de la agencia de detectives Centripol, que tiene sus oficinas en el primer piso del número 32 de la calle de Alberto Aguilera, en el madrileño barrio de Argüelles. En la citada agencia trabajan unas ocho personas, en su mayoría colaboradores, término por el que se conoce a los auxiliares de detectives privados. Este periódico supo que Rafael Arroyo y Juan Antonio López son colaboradores de Centripol.
Centripol cubre una amplio terreno de la investigación privada, desde la obtención de pruebas para demandas hasta la localización de personas, domicilios y bienes. También se dedica a la vigilancia sobre personas y establecimientos, a la realización de informes sobre solvencia moral, económica y profesional y a investigaciones sobre conductas dudosas, además de asuntos relacionados con divorcios.
Una persona que no quiso revelar su nombre y que manifestó ser colaborador de Centripol señaló desde el teléfono de la citada agencia que desconocía lo que había ocurrido con sus tres compañeros en la frontera de La Jonquera, ya que las personas que trabajan en esta oficina no suelen revelar los trabajos que realizan. La citada persona manifestó que el único responsable de la agencia es Juan Antonio Pérez Rodríguez, que sólo tiene como empleada a una secretaria, y añadió que el resto del personal está formado solamente por colaboradores.
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