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La situación de ETA

( ... ) La acción emprendida por las autoridades de París en días pasados constituye, en este sentido, una de las mejores noticias con que España podía estrenar el nuevo año, tan lleno de por sí de interrogantes, y confirma que los contactos establecidos durante el pasado año entre ambos países no han sido inútiles. El peligroso crecimiento de un ambiente de galofobia en ciertos medios de opinión de nuestro país hace doblemente oportuno lo ocurrido, ya que sería nefasto que España y Francia añadiesen a la barrera natural de los Pirineos obstáculos todavía más insalvables para la buena convivencia y el entendimiento mutuo.Sin quitar un ápice de esperanza sobre los resultados que puedan derivarse de la nueva actitud del Elíseo, es preciso, sin embargo, no olvidar que ni la persecución policial más severa ni siquiera la interposición de todo un océano entre los cabecillas y los ejecutivos del terror son suficientes para acabar con ETA. La existencia de un nada desdeñable sustrato social que alimenta y sustenta la acción terrorista y la coincidencia de intereses geoestratégicos que pueden hacer deseable para terceros la amenaza de la desestabilización obligan a ser extremadamente cautelosos sobre las posibilidades inmediatas de terminar de una vez con la pesadilla etarra. La capacidad organizativa y de acción demostrada por la organización terrorista vasca es otro factor que añadir, a la vista de cómo se reorganiza la dirección de ETA en cada momento, adaptándose a las circunstancias más adversas.

14 de enero

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