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Los millones de contrapartidas por la compra del F-18 siguen sin ser concretados

Carlos Yárnoz

Ninguna industria española participante en el plan de compensaciones del programa FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque) ha suscrito todavía contratos firmes y concretos con empresas norteamericanas, a pesar de que ya han transcurrido siete meses desde que el Ejército del Aire se comprometió oficialmente a comprar 72 aviones F-18A fabricados por la sociedad estadounidense McDonnell Douglas. Esta firma suscribió un acuerdo con el Ministerio de Defensa por el que se comprometía a lograr unas compensaciones económicas, mínimamente concretadas, valoradas en 1.800 millones de dólares de 1981 (unos 300.000 millones de pesetas), cantidad equivalente al precio de compra de los aparatos. .

La industria española relacionada con el programa, según informaron ayer dirigentes de ese sector, no cree que EE UU cumpla el compromiso suscrito. Estas personas señalan como responsable de la situación al Ministerio de Defensa español, "por no haber concretado en su día, contra lo que recalcamos en repetidas ocasiones, cada una de las contraprestaciones de las que se hablaba" (ventas de bienes y servicios españoles a aquel país en compensación por la adquisición de los aviones).La empresa más perjudicada por el problema es Construcciones Aeronáuticas, SA (CASA), que ya ha invertido más de 100 millones de pesetas en estudios, evaluaciones y visitas de técnicos a EE UU, sin que por el momento sus dirigentes sepan todavía concretamente cuál será su participación en el programa de compensaciones.

CASA firmó con McDonnell Douglas y Northrop un precontrato -que sería firme en el momento de firmar la compra de los aviones-, por el que esa ináustria española percibiría unas compensaciones estimadas en unos 400 millones de dólares de 1981 (unos 70.000 millones de pesetas), procedentes del ensamblaje final de los aviones adquiridos por España y de la fabricación de determinadas piezas del cazabombardero.

Sin embargo, y por razones aún no explicadas públicamente, los negociadores de Defensa decidíeron dejar sinefecto ese precontrato, al igual que otros suscritos entre empresas estadounidenses y españolas, y suscribir otro acuerdo global, denominado Memorandum of Agreement (MOA, Memorándum de Acuerdo), con McDonnel Dougias. En este documento, según aseguran las fuentes informantes, "no existen compromisos firmes, concretos y formales" sobre las compensaciones a realizar, e incluso se deja abierta la posibilidad de que los norteamericanos sustituyan algunas de las ofertas más importantes para España, como las industriales, por otras de menor interés.

El problema del 'premium'

Debido a esta decisión de Defensa, se acordó, por ejemplo, que CASA no realizara el ensamblaje de los 72 aviones, con lo que las compensaciones valoradas inicialmente en 400 millones de dólares quedaron reducidas automáticamente a 200, "y ni siquiera esta cantidad está asegurada en absoluto".Los problemas en la negociación hispano-norteamericana de las contrapirestaciones se iniciaron cuando los estadounidenses fijaron en 230 millones de dólares (unos 38.000 millones de pesetas) el premium o sobrevaloración del contrato por los trabajos que corresponderían a la industria española, es decir, el encarecimiento que sufrirían los 72 aviones en el caso de que la industría española participara en su fabricación parcial y erisu ensamblaje. A la vez, los americanos exigían un beneficio del 15% en todos los elementos que fueran realizados en España.

El premium fue reducido a 200 millones de dólares y, para saldar las diferencias registradas sobre el citado. beneficio del 15%, los estadounidenses propusieron, de un lado, fijar un precio competitivo sobre cada elemento en negociaciones con empresas españolas interesadas en la operación y, de otro, suscribircontratos paralelos entre industrias españolas y la Administración, hecho que, en opinión de dirigentes empresariales, "provoca tantos problemas administrativos que ha impedido hasta el momento la firma de ningún acuerdo concreto".

La situación se ha agravado para CASA, la firma que aparecía como la más beneficiada por las compensaciones, por el hecho de que el Ejército del Aire ha decidido que sus propios técnicos realicen el tercer escalón de mantenimiento de los aparatos, operación reservada inicialmente para CASA, y de la que esperaba obtener amplios beneficios.

Ante todos estos hechos, empresarios españoles han puesto de relieve que Defensa no presiona ante EE UU para que McDonnell cumpla sus compromisos, mientras los norteamericanos tampoco toman iniciativas al respecto.

Por otro lado, la decisión sobre el programa EDSA (Sistema Europeo de Distribución Aérea) prevista en principio para hoy, ha sido retrasada al día 20. La operación prevé la compra por EE UU de 18 aviones. En el programa, de unos 12.800 millones de pesetas, compiten el Aviocar español fabricado por CASA y el Sherpa británico.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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