El Gobierno introducirá durante los próximos meses cambios en la Admimstración basados en sus proyectos reformistas

El año que ahora comienza estará marcado por diversos cambios, tanto entre altos cargos de la Administración como en el partido en el poder; ello "facilitará la consolidación y entrada en vigor de los primeros pasos de reforma que fueron dados en 1983" según indicaron medios gubernamentales a EL PAIS. Los mismos medios subrayaron que el Ejecutivo se limitará, "al menos durante la primera mitad de este año", a sacar adelante los grandes proyectos de ley pendientes del período anterior, evitando en lo posible agravar el colapso legislativo que ya existe en las Cortes.

La puesta en marcha de las ya delineadas reformas en materia de Administración pública e incompatibilidades, educativa, militar, sanitaria, industrial, etcétera, acaparará la mayor parte de la atención del equipo de Felipe González durante la primera mitad de este año. El Gobierno tendrá que abordar también, sin embargo, al menos tres de los grandes temas que por diversas razones no dejó concluidos el Consejo de Ministros en 1983: la ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la ley orgánica del Poder Judicial y el nuevo Código Penal. "Del buen éxito a la hora de poner en práctica este doble proceso dependerán muchas cosas en el futuro político de este país; por ello, entre otras cosas, 1984 va a ser un año clave", según admitió un ministro consultado por este periódico.Fuentes gubernamentales de toda solvencia aceptan que la puesta en marcha de las reformas planteadas durante el primer año de mandato socialista no se podrá realizar sin retoques en determinados altos cargos de la Administración (aunque en ningún momento parece plantearse, a corto plazo, ni siquiera una mínima remodelación ministerial). Las áreas de interior (varios gobiernos civiles y, posiblemente, el propio subsecretario), exteriores y sanidad serían algunas de las afectadas por tales retoques. No existe, por el contrario, confirmación a los rumores que señalaban la posibilidad de que se produzcan algunos cambios entre los hombres próximos al presidente en la Moncloa ni, a corto plazo y en otro orden de cosas, entre los máximos dirigentes de RTVE.

Ambiente precongresual

Sin embargo, todo el proceso de cambios y retoques en la Administración podría verse retrasado y alterado, al menos en parte, por los preparativos del 30º Congreso Federal del PSOE. Este congreso, que tendrá lugar en noviembre de este año, podría condicionar diversas combinaciones políticas, a las que tampoco serían ajenos los resultados que los socialistas obtengan en las próximas elecciones autonómicas que se celebrarán próximamente en Cataluña y el País Vasco.Así, el candidato socialista a lendakari, Txiki Benegas, se perfila, en el caso de que su partido no logre ganar las elecciones, como uno de los tres supersecretarios en la comisión ejecutiva federal que salga del 30º Congreso, y tendría a su cargo las relaciones internacionales del partido en el poder. Los otros dos hombres fuertes, dependientes del secretario general y del vicesecretario general -que, previsiblemente, continuarán siendo Felipe González y Alfonso Guerra-, serían Guillermo Galeote y Manuel Chaves, quienes, en cualquier caso, ya vienen ejerciendo un control creciente del aparato del partido.

Un delegado, un voto

La preparación del 30º Congreso, primero que celebra el PSOE en el poder, absorbe ya los afanes no sólo en el aparato del partido, sino también en diversas áreas de la Administración y del Gobierno. La reunión que el comité federal socialista celebrará los próximos días 14 y 15 de este mes en Madrid aprobará el reglamento del congreso, cuya novedad más saliente consistirá en consagrar el principio de "un delegado, un voto". A partir de ahí, los preparativos del congreso constituirán, junto con las elecciones autonómicas en el País Vasco -las catalanas se preparan, con mayor autonomía, en Barcelona-, el principal motivo de movilización en la sede central del partido, en la madrileña calle de Ferraz.Una de las obsesiones del equipo que, encabezado por Guillermo Galeote y Carmen García Bloise, prepara este congreso consiste en asegurar "una relación estable, eficaz y flexible" entre el partido y el Gobierno al que el PSOE sustenta, relación que, pese a todos los intentos, se mantiene aun hoy en una constante indefinición.

Ello explica las discusiones internas en torno a la conveniencia o no de que los ministros que actualmente forman parte de la ejecutiva socialista- Javier Solana, José María Maravall y Joaquín Almunia- abandonen la directiva del PSOE o, por el contrario, se planteen salir del Ejecutivo. Caso de triunfar esta tesis, en medios socialistas se baraja la posibilidad de que pudiera darse, coincidiendo con el congreso programado para noviembre, una pequeña remodelación ministerial.

Pese a la lejanía con que aún se presenta este congreso del partido en el poder, medios socialistas hicieron circular ya durante las últimas semanas diversas listas de candidatos a figurar en la próxima ejecutiva del PSOE. Tales listas responden, en general, a las negociaciones ya iniciadas entre los sectores del partido.