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Líbano entró en 1984 con una calma tensa, rota por atentados aislados

Líbano ha entrado en 1984 con una calma tensa, rota por tiroteos esporádicos y poco importantes y por algunos atentados que lo han causado muertes. El presidente Amín Gemayel pudo mostrarse, en su mensaje de fin de año, "convencido de que 1984 será mejor que 1983, que ha estado cargado de peligros, pruebas y dramas".

Una carga explosiva de siete kilos destruyó totalmente el centro cultural francés en Trípoli, en la madrugada de ayer, sin causar, no obstante, ninguna víctima.

Otra carga, ésta de cinco kilos, estalló ayer en una calle de Nabatiyeh, al sur de Líbano, e hirió a tres personas. La bomba, destinada a un vehículo militar israelí, no lo alcanzó, pero hizo volar a un vehículo civil libanés. En Roma una bomba de escasa potencia causó daños en la oficina de la compañía israelí El Al.

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