Toque de queda en Hebrón tras la explosión de bombas en dos mezquitas
Dos cargas explosivas estallaron en la madrugada de ayer, viernes, festividad religiosa islámica, en dos mezquitas musulmanas de la ciudad de Hebrón, uno de los principales centros de confrontación árabe-israelí, en Cisjordania, e hirieron al almuédano de uno de los templos. Las autoridades israelíes de ocupación decretaron el toque de queda en la alcazaba de la ciudad.El atentado fue reivindicado por la organización clandestina judía TNT (Terror contra terror), y se teme que avive los incidentes que permanentemente se producen en esta ciudad, foco de los principales enfrentamientos entre los israelíes partidarios de la anexión de los territorios palestinos y los pobladores árabes de la zona.
Efectivos policiales reforzados patrullan por las calles de la ciudad de Hebrón, donde ayer la tensión entre la población árabe, compuesta por unas 70.000 personas, era palpable.
La organización extremista israelí TNT anunció nuevos atentados "con muchos muertos", según un comunicante anónimo. El rabino radical Meir Kahane justificó ambos atentados como reacción contra "el comportamiento de los árabes que apedrean vehículos israelíes en Cisjordania del Norte".
Se teme asimismo que sobrevengan choques en las próximas horas, durante las celebraciones de las festividades musulmanas en las mezquitas de Al Aksa y de Omar, en Jerusalén.
Diputados de la izquierda del laborismo exigieron ayer un debate urgente en el parlamento israelí, Kneset, sobre lo que denominaron "la locura de los extremistas del TNT", quienes, a su juicio, "ponen en peligro la democracia".
Uno de los parlamentarios, Yair Tzavan, del Partido Socialista Mapam, exigió, que el parlamento israelí se haga cargo del control del dispositivo de seguridad desplegado en los territorios de Cisjordania y Gaza.
Por otra parte, una bomba fue desactivada ayer en el interior de un autobús civil que circulaba por Jerusalén, en una línea especialmente frecuentada.
La policía israelí, por su parte, asegura que tiene en su poder a tres de los presuntos autores israelíes de la muerte de una niña en una panadería de Nablus, hace un mes.
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