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El informe de Andropov al comité central recoge el descontento por la falta de bienes de consumo y pide disciplina laboral

La misteriosa dolencia que mantiene ausente desde hace más de cuatro meses al máximo líder soviético, Yuri Andropov, de 69 años de edad, no parece haberle hecho abdicar de la política de mano dura que viene caracterizando su mandato. En su informe, leído el lunes ante el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), que ayer terminó sus sesiones, Andropov pidió disciplina laboral y se refirió al descontento de la población por la carencia de bienes de consumo.

Hoy se reúne el Soviet Supremo (Parlamento), y, previsiblemente, la sesión tampoco será presidida por el jefe del Estado y secretario general del PCUS.En su informe al pleno del comité central, Andropov hizo un nuevo llamamiento a la disciplina laboral y mostró sus deseos de incrementar en un 1% las previsiones del actual plan quinquenal, a la vez que se reducirían en un 0,5% los costos actuales de la producción. En términos que resultan un tanto insólitos en los discursos de los dirigentes del Kremlin, Yuri Andropov se refirió también al descontento que entre la población soviética causa la carencia de bienes de consumo, y señaló a ésta como una de las causas que dan lugar a la especulación en los mercados paralelos.

Televisores rechazados

El líder de la URSS dio una serie de datos bastante llamativos: ya para el próximo año, los comercios de la Unión Soviética han rechazado por defectuosos medio millón de receptores de televisión, destinados a la venta directa al público, así como 115.000 aparatos de radio, casi 250.000 cámaras fotográficas, 1.500.000 relojes y 180.000 refrigeradores, entre otros productos de consumo.Por lo demás, aparte de sus habituales llamamientos a la disciplina y sus no menos frecuentes amenazas de pedir cuentas a los responsables de los fallos de cada sector económico, el líder soviético no dio detalles de las reformas que piensa introducir en la economía. Estas reformas, de momento, parecen estar bien lejos de los planteamientos liberales introducidos en países comunistas, como Hungría, acercándose, en cambio, a modelos clásicos, reforzados por un aumento de las medidas disciplinarias.

El líder soviético se mostró, no obstante, contento con las mejoras conseguidas en los últimos tiempos -concretamente desde que él accedió al poder-, lo que no le hizo abandonar de ningún modo el tono crítico que es habitual en sus intervenciones públicas sobre temas económicos.

Según todos los indicios, la economía soviética habrá crecido al final de 1983 casi un 4%, lo que es casi el doble de la tasa alcanzada a lo largo de 1982, último año de la era Breznev, que resultó especialmente insatisfactorio.

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A la espera de que hoy el Parlamento soviético apruebe por la acostumbrada unanimidad los planes económicos para 1984, en Moscú continúan las cábalas sobre el estado de salud del líder de la URSS. Pocos son los que esperan ver hoy a Yuri Andropov en la tribuna presidencial de la gran sala de sesiones del Kremlin, en la que debería de estar como presidente que es del Presidium del Soviet Supremo. Sin embargo, los cuatro nombramientos decretados el lunes por el pleno del comité central -que han recaído en hombres que se consideran cercanos a Andropov- son, a juicio de la mayor parte de los observadores occidentales, una garantía de su salud política.

Sólo el nombre del nuevo miembro titular del Politburó, Mijail Solomontsev, de 70 años de edad, es puesto en duda por algunos, que le consideran beneficiario de una supuesta concesión hecha a los sectores breznevianos.

Los cambios políticos

A cambio de esta supuesta concesión, se ha producido la promoción como titular también del mismo organismo dirigente de Vitali Vorotnikov, de 57 años; el nombramiento como suplente del Politburó del actual jefe del Comité Estatal de Seguridad (KGB), Victor Chebrikov, de 59 años, y la designación como componente del secretariado del Comité Central del PCUS de Yegor Ligachov, de 63.Si bien todo esto parece reforzar el protagonismo político de Yuri Andropov, en los mentideros occidentales de Moscú no se descarta del todo la posibilidad de que el líder de la Unión Soviética -en una iniciativa que sería insólita en la historia de este país- estuviera preparando su propia sucesión y pudiera retirarse voluntariamente por razones de salud, por lo que estaría adelantando ya sus hombres para asegurar el mantenimiento de su política en el futuro.

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