Liberados cerca de Roma los dos miembros de la familia Bulgari secuestrados el 19 de noviembre

La familia de joyeros romanos Bulgari ha vivido su Navidad más inolvidable tras la liberación en la Nochebuena de Anna Bulgari-Calissoni y su hijo Giorgio, que permanecieron 36 días en manos de una banda de secuestradores.Un portavoz policial informó que una llamada anónima advirtió a las nueve de la noche del sábado de la liberación de Anna y su hijo en un lugar próximo a su casa familiar, en los alrededores de Roma.

El pasado domingo día 20 los secuestradores enviaron a la familia Bulgari una oreja cortada al joven Giorgio, de 17 años de edad, con el fin de acelerar las negociaciones para cobrar el rescate exigido.

Enviaron también un mensaje en el que amenazaron con asesinar a los dos secuestrados si "en el plazo previsto" no era entregada la cantidad de dinero exigida. El mensaje estaba acompañado de una impresionante fotografia en la que aparecían Anna y Giorgio con el rostro desencajado, encadenados por el cuello; la madre con un pañuelo en la cabeza y el hijo herido por la amputación de la oreja.

Seis días después, y una vez pagada, según fuentes no oficiales, una cantidad cercana a los 4.000 millones de liras italianas (unos 400 millones de pesetas), fueron puestos en libertad en un lugar próximo a donde se llevó a cabo el secuestro.

Los carabineros montaron inmediatamente una operación de búsqueda de los secuestradores que, hasta el momento, no ha tenido éxito.

La Radio Nacional italiana aseguró ayer que el dinero del rescate fue entregado a los secuestradores el pasado viernes en Toscana, al norte de Roma.

Los dos integrantes de la familia Bulgari, joyeros mundialmente conocidos, fueron secuestrados por tres hombres armados el pasado 19 de noviembre. La misma familia se había visto en una ocasión anterior conmocionada por un caso de secuestro. En 1975 un primo de Anna fue raptado y puesto en libertad posteriormente tras el pago de 130.000 dólares.

Un médico especialista en cirugía plástica intentará en una clínica romana reimplantar al joven Giorgio la oreja que le fue cortada por sus secuestradores.