Nueva reacción favorable y perspectivas optimistas de las bolsas norteamericanas
Los mercados de valores norteamericanos experimentaron una evolución positiva durante las últimas semanas, directamente derivada de la mejora en la coyuntura económica, que, sin embargo, no fue capaz de satisfacer a los inversores, los cuales mantenían sus esperanzas en los procesos que en la Bolsa neoyorquina se conocen como rallies de fin de año, y que normalmente comportan subidas más o menos espectaculares en las últimas reuniones anuales.Lo cierto es que los procesos vendedores, que por razones fiscales se generalizaron en tandas anteriores, parecen haber cedido un tanto, mientras que los operadores han vuelto a centrar su atención prioritaria sobre los valores de primera fila, agrupados en torno al índice Dow Jones, según pone de manifiesto el comentarista de Shearson American Express Carlo Ali en su informe semanal.
Control de la inflación
La pasada semana se publicaron algunos datos macroeconómicos que contribuyeron a confirmar la buena marcha de la recuperación económica norteamericana. En concreto se conoció que el férreo control de la inflación ha vuelto a dar sus frutos el pasado mes de noviembre, y este indicador tan sólo se incrementó en un 0,3% en ese período, lo cual viene a representar un 3,6% en tasa anual.
Los responsables económicos de la Administración Reagan también hicieron público el índice de precios al por mayor, en el mes de noviembre, que mostró una baja de] 0,2%, lo que viene a representar que algunos precios bajaron.
Éstos datos vienen a poner en cuestión las afirmaciones de algunos expertos, que aseguran que el relanzamiento económico debe generar nuevos brotes inflacionistas. Además, los economistas prevén que el producto nacional bruto (PNB) estadounidense crecerá un 4,5% en el último trimestre del año.
Los principales motivos de preocupación de los expertos financieros se derivaban de la posible evolución de los tipos de interés. Los conflictos bélicos y la situación política internacional, junto con la evolución alcista del déficit público norteamericano, están dando bastante que pensar a los expertos, pues se constituyen en la última razón de unos tipos de interés elevados.
Déficit presupuestario
Los 190.000 millones de déficit presupuestario para 1983 han hecho que los ortodoxos de la economía comiencen a señalar que es imprescindible recortar los gastos públicos, especialmente los militares, e incrementar la presión fiscal. Dos medidas demasiado impopulares como para que sean asumidas en un año electoral como 1984.
Como consecuencia de estos planteamientos, los mercados de renta fija permanecieron aletargados, y los especialistas insisten en que esta situación debe mantenerse en tanto no varíen, aunque sólo sea ligeramente, los tipos de interés.
Las previsiones que existen en Wall Street apuntan un cierto optimismo ante las previsiones de que se acentúe el factor acomodaticio de la política monetaria en el año electoral, lo que incidiría favorablemente en la evolución de los índices más importantes.
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