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La fortuna llovió sobre Barcelona en gotas de peseta

Barcelona recibió ayer una lluvia de millones con el gordo de la lotería navideña y tres de los premios mayores (un tercero y dos cuartos), y todos los datos señalan que esta lluvia cayó en multitud de pequeñas gotas sobre participaciones de una peseta. El azar quiso que parte de los aproximadamente 10.000 millones de pesetas del gordo, repartidos por la administración de Loterías nº 69 de la calle de Escocia, en el barrio de La Sagrera, se distribuyeran por la ciudad a través de las participaciones repartidas por la comisión de fiestas de Planas de Castellote, un pueblo de Teruel muchos de cuyos nativos viven en la barriada de Sants y cerca de Correos. También dieron la suerte tres comercios de un mercadillo situado junto a la Meridiana, entre La Sagrera y las Viviendas del Congreso, de donde, a su vez, salieron participaciones hacia la población de La Roca. El perfil de los agraciados es muy variado: desde los que jugaban una peseta y ganaron 10.000, hasta los que ya son nuevos millonarios.

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Eran exactamente las 9.21 horas en el palacio de la Administración de Loterías de Madrid cuando Mariano González Ortega, del colegio de San Ildefonso, guiñó el ojo a su compañero Luis Miguel Patiño. Era la señal convenida de que acababa de sacar el importe del gordo. Instantes después, los dos lo cantaban: "Cincuenta y tres mil doscientos ochenta y ocho (53.288 ): doscientos cincuenta millones de pesetas (250.000.000 )".Pocos minutos después de que el temprano revuelo del palacio de Loterías se calmara, las campanas de la iglesia parroquial de Planas de Castellote (Teruel) repicaban a gloria a instancias de los nueve habitantes del pueblo. Pero el gordo no estaba ahí, sino en Barcelona.

La saga del 'gordo'

En el mismo instante, Antonio Vico Santos, camarero del bar Los de Teruel, de la barcelonesa calle Ample, soltaba una exclamación de júbilo, aunque nadie le creyó. Mientras tanto, la pollería Eulalia, del mercadillo de Felipe II , en el barrio de La Sagrera, regentada por Josep Torrellas y Eulalia Jané, se convertía también en una fiesta. Habían caído allí 10.000 millones de pesetas de las 40 series del número 53.288 vendidas por María Amparo Marco en su Administración de Loterías ñº 69, de la calle de Escocia 81, en el mismo barrio.

La complicada saga del gordo 1983 empezó, de hecho, a mediados de agosto pasado en las fiestas de Planas de Castellote, un pueblo de Teruel que en invierno sólo tiene nueve habitantes; los restantes nativos viven en Barcelona y su área metropolitana, y al parecer están muy bien avenidos. Es costumbre de Planas de Castellote elegir cada año dos mayorales encargados de preparar las fiestas del año siguiente y comprar lotería de Navidad en Barcelona. Los elegidos de este año fueron Antonio Ballestero, uno de los dueños del bar Los de Teruel, y José María Lombarte, propietario de una frutería en el barrio de Sants.

Existe toda una trama familiar. La compra del billete se hizo en la misma administración de otros años, la nº 69, de la que es titular María Luisa Nérida, pero que está regentada por su nuera, María Amparo Marco (que a su vez es cuñada de César Blasco, dueño de una cadena de establecimientos de alimentación y también oriundo de Planas de Castellote). Dicha administración funciona desde hace siete años y aún no había dado ningún premio grande. Fue Blasco quien indicó a Lombarte y Ballestero dónde comprar el billete que finalmente sería premiado. Otro cuñado de la lotera, Jordi Roca, empleado en la oficina central de la Caixa de Cataluña, compró también participaciones, y ha repartido unos 450 millones de pesetas entre familiares y amigos.

El billete adquirido por los mayorales de Planas se fraccionó en participaciones que fueron distribuidas en los establecimientos de Ballestero, Blasco, Lombarte: la cadena de supermercados Valbor y por lo menos otras 20 tiendas de Sants, el Carmelo, La Sagrera y el Casco Antiguo relacionadas de algún modo con el pueblo turolense. Un grupo de empleados de la Central de Correos que habitualmente almuerza en el vecino bar Los de Teruel se vio también tocado por la fortuna. Otro vecino, un ciego que tiene un puesto de cupones junto a Correos, se convirtió en millonario.

Regalos de una pollería

El júbilo de la colonia de Planas de Castellote en Barcelona sólo podía compararse ayer a las explosiones de alegría registradas en el llamado mercadillo de Felipe II, junto a la calle del Cardenal Tedeschini, en La Sagrera. Los dueños de la pollería Eulalia, de la tocinería Inma y de la tienda de pesca salada Martí, de dicho mercado, compraron partes del número premiado y las fraccionaron en participaciones de una y cinco pesetas, que en el caso de la pollería se regalaban como obsequio a los clientes. Obviamente, la dispersión del premio es enorme. El matrimonio Torrellas-Jané, titular de la polleria, es oriundo de La Roca del Vallès, por lo que algunos fragmentos del gordo fueron a parar a esa población. Entre los agraciados están los padres del alcalde.

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