Mano a mano en un momento difícil

El presidente del Gobierno, Felipe González, tratará de centrar esta tarde, en la entrevista que mantendrá en El Elíseo con François Mitterrand, la posición española ante las exigencias que obviamente vendrán del lado francés durante la fase final de la negociación de ingreso en el Mercado Común, que ocurrirá en los seis primeros meses de 1984, cuando París ocupe la presidencia del Consejo de Ministros de la CEE.El mano a mano de los dos líderes socialistas, en, un momento dificil de las relaciones entre Francia y España, fue sugerido por Mitterrand y aceptado inmediatamente por Felipe González.

Miterrand tratará de obtener de España las máximas concesiones en el período transitorio que le permitan contentar a su electorado del Mediodía.

Felipe González intentará ofrecer a Francia un paquete importante de futuros negocios, sobre todo en sectores industriales, como armamento, electrónica e informática y aeronáutica civil, a cambio del voto comunitario en la negociación y en la ratificación parlamentaria antes de 1986.

La historia de la institucionalización de los contactos a alto nivel entre los dos Gobiernos, que fue lanzada a todos los vientos dentro de la política de buena vecindad a finales del año pasado, ha ido bajando de tono conforme la presunta solidaridad socialista daba paso a la defensa de los intereses nacionales dentro de unas estructuras económicas diferentes. Lo mismo ha ocurrido con el vecino ibérico.

Ni Felipe González ni Frangois Mitterrand participaron en las dos cumbres ministeriales celebradas este año, la de la Celle Saint Cloud y la de La Granja, en enero y julio, respectivamente. La frase poco afortunada de Fernando Morán de "recuperar el espíritu de los pactos de fámilia" y el distanciamiento progresivo conforme se hacía patente la oposición francesa al ingreso español en la CEE, hicieron poco fructíferos también los dos encuentros de González y Mauroy en junio y septiembre.