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El temor a la 'guerra sucia' se extiende entre los refugiados y naturales del País Vasco francés

La psicosis de secuestro se extiende entre los refugiados vascos establecidos en Francia, al tiempo que se acumulan las denuncias de sucesos en los que la realidad parece confundirse con la sugestión provocada por el miedo a la guerra sucia. Un refugiado afirma que dos individuos aporrearon su puerta e intentaron penetrar en su domicilio el pasado fin de semana, en Hendaya, y que al obtener la callada por respuesta le provocaron con insultos para que abandonara su vivienda y saliera a la calle.

Otro refugiado de Saint Pée, localidad a 12 kilómetros de San Juan de Luz, asegura haberse visto obligado a huir por la ventana del taller en el que trabaja ante la presencia de un grupo de individuos que vigilaban el lugar. Un tercero sostiene haber sido perseguido de cerca por un vehículo ocupado por desconocidos, en Hendaya.Este domingo al mediodía, también en Hendaya, un grupo de refugiados pinchó las cuatro ruedas de un coche Seat 131 azul, matrícula NA-20864, después de que los familiares de uno de ellos hubiera reconocido a los ocupantes del coche como policías destinados en la localidad guipuzcoana de Pasajes. Según estos refugiados, los ocupantes del vehículo les habían estado siguiendo durante cierto tiempo por las calles de Hendaya, y uno de ellos denunció el pinchazo de las ruedas en la comisaría de esa localidad francesa, mientras su compañero permanecía junto al coche, gritando "nos veremos las caras otra vez", en dirección al lugar donde se encontraban los refugiados.

La tensión provocada por el secuestro de Segundo Marey y la cadena de incidentes, reales o ficticios, iniciada a raíz de la desaparición de los refugiados Lasa y Zabala, y la detención de los cuatro policías españoles que agredieron a José María Larretxea, presunto dirigente de ETApm VIII, ha llevado a los sindicatos y a los partidos de izquierda franceses a exigir mayores medidas de seguridad ciudadana.

Piden garantías

El alcalde de Hendaya, Raphael Lassalette, militante socialista, y dirigentes de la izquierda vascofrancesa han solicitado una entrevista al ministro del Interior, Gaston Deferre, para informarle de la situación existente en el país vasco-francés y pedirle que se garantice la seguridad de todos aquellos que habitan esta región, incluidos los refugiados vascos.En círculos de la izquierda francesa se descarta, por considerarla absurda, la hipótesis, adelantada ayer por un medio informativo, según la cual el secuestro de Segundo Marey es fruto de un error, y los secuestradores habrían confundido a su víctima.

Andoni Etxarri, portavoz de los amigos y compañeros de trabajo de Segundo Marey, cree, igualmente, que esta tesis no tiene fundamento. "Por el contrario", ha manifestado, "todo apunta a que el secuestro ha sido planificado y cometido de forma muy calculada, y esto mismo lo convierte en un hecho más terrible. Porque", añade, "este secuestro ha conseguido atemorizar no sólo a los refugiados, sino también a la gente que mantiene alguna relación con ellos, y a la gente normal".

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Para Andoni Etxarri está claro que los secuestradores pretenden con esta acción atemorizar a la población francesa, para que ésta empiece a mirar a los refugiados como al origen de su miedo.

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