¿Terrorista arrepentido?
En la noticia que da EL PAIS de la pena que me ha impuesto la Audiencia Nacional se me califica de terrorista arrepentido. Vamos a ver si ponemos las cosas en claro.En primer lugar, la idea del arrepentimiento va vinculada a la de delación de antiguos compañeros de correrías. Cualquier delación por mi parte, además de no estamos dispuesto a ella, es imposible debido al tiempo transcurrido desde mí expulsión del PCEr. No obstante, la manera que tiene EL PAIS de presentar las cosas alimenta la paranoia de mis ex camaradas, y eso es algo que ese diario debiera tener en cuenta a la hora de informar.
Yo me opongo al terrorismo y defiendo la democracia. Mis acciones contra esta última datan de la época en que se empezaba a afianzar y no estaba del todo claro que fuese realmente a desarrollarse en España. Es cierto que esa antigüedad de mis actos contra el actual sistema no se debe a una voluntad o mérito mío, pero, en fin, en la práctica ha sido así. He llegado a mis posiciones actuales no por un arrepentimiento místico, sino por una reflexión, prolongada y penosa, en seis años de clandestinidad y aislamiento, en condiciones que no se soportan con la misma facilidad con que se dispensan motes de terrorista arrepentido.
De modo que, y lo digo sin pizca de soberbia, ¿se imaginan ustedes que me iba a arrepentir ante unos radicales y progres a los que conozco demasiado bien o ante los que proscribían las libertades en un pasado nada remoto? Yo no justifico al terrorismo, ni el de entonces ni mucho menos el de ahora, pero aquí hemos pecado todos demasiado como para que cualquier tendencia política pretenda erigirse en juez de las demás y lanzarles condenas morales como la que ustedes, tan elegantemente, me dispensan. Déjense de bromas de mal gusto.
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