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Indignación en Bilbao por la explosión en el centro de la ciudad y la agresión al alcalde

Pocas veces ha sido tan palpable la indignación generalizada de la población como la que era observable ayer en Bilbao en relación a los hechos, ambos violentos, aunque de diferente naturaleza, producidos la noche anterior en la ciudad: la explosión de una bomba en una de las calles más transitadas de Bilbao, con el balance de una docena de peatones heridos, y la agresión de que fue víctima el alcalde, José Luis Robles, gravemente herido en un ojo a consecuencia de una pedrada.María Jesús Oteiza, la joven que resultó herida de gravedad al ser alcanzada por la onda expansiva de una bomba que había sido colocada en una sucursal bancaria, abandonó ayer por la mañana la unidad de observación, en la que había pasado la noche, y quedó internada en otro pabellón del hospital de Basurto. Sus pronóstico era ayer reservado, al igual que el del joven de 17 años Jon Borja Urcelai, que se recuperaba de las lesiones sufridas a consecuencia de la misma explosión. Las otras 10 personas atendidas dejaron el hospital esa misma noche.

Casi simultáneamente al ingreso de los primeros heridos por la explosión, abandonaba el hospital José Luis Robles, el alcalde de la ciudad, al que se le apreció "traumatismo con hemorragia interna en el ojo derecho, con pronóstico grave en cuanto a la funcionalidad visual". Hasta hoy al mediodía, en que será de nuevo reconocido por los médicos, no se podrá saber si la lesión dejará secuelas en la visión del ojo dañado.

Artificieros de la Policía Nacional calcularon en más de dos kilogramos de Goma 2 la carga del artefacto que explosionó en la sucursal del Banco de Bilbao de la calle del Licenciado Boza. Las oficinas quedaron totalmente destrozadas, resultando también afectados los 20 automóviles aparcados en las inmediaciones, así como las cristaleras de las viviendas próximas. En el momento en que se produjo la explosión, a las 22.08 horas, cientos de personas, jóvenes en su mayoría, transitaban en un radio de 50 metros en torno a la sucursal bancaria, ya que se trata de una encrucijada muy frecuentada a esas horas de la noche, especialmente las vísperas de festivo. María Jesús Oteiza, la joven que sufrió heridas más graves, fue lanzada por la onda expansiva, según algunos testigos, a una quincena de metros.

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