La OPEP mantiene en 29 dólares, el precio del crudo y en 17,5 millones de barriles la producción
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordó ayer ratificar su acuerdo de Londres del pasado marzo para mantener estable el precio del crudo ligero en 29 dólares por barril y limitar la producción global del consorcio en 17,5 millones de barriles por día, según anunció ayer el ministro de Petróleo de Arabia Saudí, jeque Zaki Yamani. El acuerdo, que se reflejará en el comunicado conjunto que la 69 conferencia ministerial de la OPEP hará público en la mañana de hoy, tan sólo retrasa en un par de meses la consideración del dilema que afronta la OPEP como consecuencia de la caída de la demanda de crudo por parte de los países consumidores.
Al término de la sesión vespertina de ayer, el jeque Yamani manifestó: "Hemos alcanzado un acuerdo y es ratificar el que ya tenemos desde Londres. Mañana (hoy) nos reuniremos para decidir el nuevo secretario general". Precisamente, la selección del secretario general del consorcio era ayer el único tema que dividía a los 13 países miembros del consorcio, reunidos desde el miércoles en un hotel de Ginebra. Cuatro países miembros se disputaban el nombramiento, que no tiene mucha trascendencia en una organización que funciona por medio de dos conferencias ministeriales al año, pero que sí puede repercutir en la preparación y desarrollo de los órganos de decisión del consorcio.Los candidatos argelino e iraní eran los que en principio tenían más posibilidades de obtener el puesto. Pero la insistencia iraní, expresada a lo largo de toda la jornada de ayer, en salir de Ginebra con un incremento del precio de cinco dólares sobre el establecido el pasado marzo en Londres, con un aumento adicional en el volumen de sus ventas de 2,4 a 3,2 millones de barriles diarios, molestó ayer al resto de las delegaciones, que deseaban convertir esta reunión en un encuentro de trámite.
La delegación iraní, aislada
Lo cierto es que Irán se encontró ayer aislado, tanto en las sesiones de la mañana como de la tarde, en sus exigencias para que la OPEP aumentara el precio del petróleo y redujera simultáneamente el techo máximo de las ventas globales del consorcio. La idea iraní de optimizar los ingresos financieros del petróleo con un volumen inferior de ventas no era compartida por ninguno de los 12 países restantes. Finalmente, hasta Irán aceptó el compromiso.La opinión de la mayoría de los países productores coincidía con el informe pesimista presentado a la conferencia por parte del comité de vigilancia del mercado. Según esta opinión, el mercado mundial está respondiendo muy lentamente al acuerdo de Londres, donde mediante una baja en el precio de cinco dólares y una disminución a 17,5 millones de barriles en la producción, se trataba de equilibrar la oferta y la demanda y esperar a que ésta reaccione a la baja del precio.
Pero este planteamiento no se ha desarrollado como se esperaba, al menos en los últimos meses, cuando la demanda de crudo OPEP ha bajado hasta un cantidad próxima a los 16 millones de barriles diarios mientras el precio reculaba hasta dos dólares en los mercados libres. Ante esta situación, la delegación iraní presentó ayer, "por mandato de su pueblo", según expresó el ministro Garazhi al resto de sus colegas, un programa de seis puntos para elevar en cinco dólares el precio del barril y reducir aún mas la producción, es decir regresar a la situación previa al mes de marzo.
Pero las firmes declaraciones de Yamani el día anterior, asegurando que su país no incrementara el precio hasta finales de 1985 "por lo menos" dejaron poco espacio al compromiso. El ministro saudí llegó incluso a afirmar que su país mantendrá el precio "hagan lo que hagan los demás".
La base sobre la que descansa el acuerdo de Ginebra es que el invierno y la recuperación incipiente que registran las principales economías occidentales estimule la demanda y pueda mantener así el precio actual del petróleo. El problema surgirá si esto no ocurre y, además, se agrava la presente situación. Es, posible, entonces, según se espera que diga el comunicado final, que el consorcio se vuelva a reunir en febrero en una conferencia extraordinaria y, como ya sucedió el pasado año, recurra a una nueva reducción del precio del crudo.
La duda que persistía ayer en Ginebra es qué sucederá si Nigeria, que exige una mayor cuota en el mercado, se ve obligada a reducir su precio como consecuencia de una previsible e inmediata disminución de los precios de los crudos del mar del Norte, no englobados en la disciplina de la OPEP.
El Parlamento nigeriano, al parecer, aprobó en Lagos una resolución que recomendaba al Gobierno abandonar la OPEP si la reunión de Ginebra concluía sin permitir a este país vender más crudo en el mercado. Aunque existen lógicas dudas sobre la efectividad de tal amenaza, no se pueden descartar fórmulas como las ya ensayadas en meses anteriores (descuentos, etcétera) para maximizar sus ingresos financieros.
Los consumidores, beneficiados
Si así sucediera, el petróleo del mar del Norte, cuyo precio ya está algo por encima del que se cotiza para el crudo OPEP en los mercados libres, tendrá que modificarse aún más a la baja, introduciendo de esta manera un fuerte elemento de distorsión en el mercado y en el funcionamiento de la estrategia de la OPEP. La esperanza del consorcio es que esto no se produzca, ya que en caso contrario no tendría más remedio que reducir necesariamente su propio precio.En cualquier caso, lo que es seguro es que los males que atraviesa la OPEP se traducen en beneficios directos para los países consumidores. El petróleo, por ahora, no sólo no puede subir de precio en un período que puede extenderse durante un par de años, sino que hasta puede bajar a corto plazo.
Cabe esperar, pues, una situación favorable en el mercado de petróleo que permitirá a las economías consumidoras, como la española, beneficiarse momentáneamente de la estabilidad a la baja del precio y, hasta cierto punto, aplazar algunos de los esfuerzos realizados en el pasado- al menos, los más costosos- para proceder a un plan acelerado de sustitución en los consumos de petróleo.
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