Dudas sobre la unidad interna del Pacto de Varsovia tras la 'cumbre' de Sofía
ENVIADO ESPECIALLa reunión de los ministros de Defensa de los países miembros del Pacto de Varsovia concluyó ayer en Sofia, dejando abierta la incógnita sobre el auténtico grado de acuerdo logrado entre sus participantes. El comunicado de esta cumbre militar, que se esperaba con interés en los medios diplomáticos radicados en Sofía, se limitó a una breve nota final en la que se anunciaba que habían sido adoptadas Ias medidas apropiadas a la vista del desarrollo de la situación en Europa".
En contra de las expectativas, el texto no hace referencia a las contramedidas anunciadas por la URSS para contrarrestar el despliegue de los euromisiles de la OTAN. El ministro búlgaro de Defensa, general Dobri Dzhurov, que presidió la reunión, fue algo más explícito y declaró que los responsables militares del pacto "apoyan unánimemente" las contramedidas soviética.
El texto adoptado sí incluye, sin embargo, referencias indirectas a la necesidad de negociar con la OTAN, como el anuncio de que "ha sido examinada la actividad práctica de las fuerzas armadas unificadas, en el espíritu de la declaración de Praga del 5 de enero último (que proponía un pacto de no agresión entre la OTAN y el Pacto de Varsovia) y de la declaración común de los jefes de los partidos y de Estado de los países socialistas de junio último (que insistía en la necesidad de un acuerdo en Ginebra)".
En medio del absoluto mutismo que ha rodeado la reunión, surgen los primeros interrogantes sobre el desenlace de las deliberaciones que durante tres días han tenido lugar en el palacio de Boyana, en las afueras de Sofía. Las dudas sobre el acuerdo total entre los participantes se ven reforzadas por el discurso del jefe del Estado búlgaro, Todor Yivkov, en una recepción ofrecida a los ministros de Defensa al término de la cumbre. Yivkov señaló que la actual situación europea exige la unidad y solidaridad entre todos los países socialistas para enfrentarse a los planes de la OTAN. Medios occidentales han dado por sentado que se han ejercido presiones sobre Rumanía para que cese en sus declaraciones sobre las relaciones Este-Oeste, divergentes de la política oficial del Pacto de Varsovia y que, en opinión de diversos países miembros, debilitan al mismo.
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