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Mueren en una colisión en el centro de Madrid un industrial y el conductor de un automovil robado, perseguido por la policía

Un presunto delincuente y un industrial fallecieron en la madrugada de ayer a causa de un espectacular choque de vehículos durante una persecución policial, en el que resultaron gravemente heridas otras tres personas, entre ellas dos agentes, y quedaron destrozados ocho automóviles. Horas después se presentó en la comisaría de Tetuán el propietario del Seat 124 matrícula M-951.274, para denunciar que durante la noche anterior le habían robado el coche, que había dejado aparcado en la calle de Juan Pradillo. Se trataba del mismo Seat 124 que, perseguido por un vehículo policial, provocó el sangriento siniestro.

La emisora de la comisaría de Tetuán recibió, hacia las 4.35 horas de ayer, una comunicación de uno de sus coches zeta sobre el inicio de la persecución, en la calle de Francos Rodríguez, de un Seat 124 cuyos dos ocupantes in fundían sospechas. El Seat 124 entró en la calle de Bravo Murillo y se dirigió hacia el centro de Madrid a una velocidad que pudo alcanzarlos 120 kilómetros por hora y sin respetar los semáforos en rojo. Tras él marchaba el zeta con la sirena y el lanza destellos conectados. La última noticia que tuvieron del zeta en comisaría fue que el ocupante del asiento delantero derecho del automóvil perseguido había sacado medio cuerpo por la ventanilla, con ademán de disparar. Instantes después, los dos coches se convertirían en un montón de chatarra.En el momento en que el Seat 124 llegó al cruce de la calle de Bravo Murillo con la de Cea Bermúdez, circulaba por esta última vía en dirección a la calle de José Abascal un Jaguar ocupado por el industrial Elisardo Cordón, de 49 años, y su esposa Pilar Marín, Gallardo, de 30. El Seat se saltó un semáforo en rojo, penetró en el cruce y embistió lateralmente al Jaguar, que marchaba con luz verde a su favor. Tal fue la violencia del encontronazo que el primero de los vehículos salió despedido por el aire y cayó sobre el techo del zeta, que había logrado alcanzarlo y circulaba en paralelo.El amasijo de hierros y cuerpos se empotró entonces contra otros cinco coches aparcados en el cruce, frente a las oficinas de la empresa Pegaso, cuyas cristaleras resultaron alcanzadas por los fragmentos de metal.

Las dos personas muertas a causa del accidente son Elisardo Cordón, conductor del Jaguar, y Julio González Pedrera, de 21 años, que guiaba el coche robado y que, según indicó ayer la policía, había sido detenido en lo ocasiones por robos y lesiones. Gravemente heridos resultaron Pilar Marín y los dos policías nacionales del zeta. El estado de uno de ellos, Francisco Salido Cañas, era ayer gravísimo. El segundo presunto delincuente, aunque herido, logró huir.

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