Serra inicia el cambio en el duodécimo mes

El primer aniversario del Gobierno socialista coincide con "el inicio de la auténtica reforma militar" -como indican en el propio Ministerio de Defensa-, concretada fundamentalmente en la reciente aprobación por el Congreso de la modificación de la ley orgánica de la Defensa y en el próximo envío a las Cortes del proyecto de ley de Plantillas. La modificación de la ley orgánica, que ha supuesto un reforzamiento del Gobierno sobre el colectivo militar, ha convertido a la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM) en "órgano colegiado de asesoramiento del presidente del Gobierno y del ministro de Defensa" en lugar de "órgano colegiado de la cadena de mando". La ley de Plantillas supondrá una reducción aproximada del 30% de los militares profesionales del Ejército de Tierra.Respecto a la reforma de la ley orgánica, las discrepancias de la JUJEM, que conoció el texto del proyecto sólo dos días antes de estudiarlo el Consejo de Ministros, fueron mínimas. En cambio, "el proyecto de ley de Plantillas está produciendo fuertes discusiones entre el Estado Mayor del Ejército y los técnicos del ministerio", según aseguran fuentes del departamento. Cabe señalar, por ejemplo, que ahora hay unos 1.700 coroneles, y el proyecto prevé que en un futuro haya 450.

También en el terreno legislativo la actividad, hasta octubre, se limitó al envío a las Cortes de la ley del Servicio Militar -reduce en tres meses el período de permanencia en filas y abre la posibilidad de que al menos el 25% de los mozos hagan la mili en sus respectivas regiones- y a la aprobación del decreto sobre las Reales Ordenanzas del Ejército de Tierra.

En el campo puramente operativo, Serra ha continuado la puesta en marcha del plan de Modernización del Ejército (META). El META se aplica ya desde marzo pasado en la III Región (Valencia) como región piloto. Prevé, entre otras cosas, la reducción de los 240.000 soldados actuales a 150.000. El pasado día 20 de noviembre ya fueron sorteados 20.000 jóvenes menos para cumplir la mili el año próximo. Las actuales 25 brigadas, por otro lado, se reducirán a 14 o 15, y las 9 regiones militares, a 6. "Se trata de tener un ejército más reducido, pero también más operativo", ha repetido en varias ocasiones Narcís Serra.

Respecto a la política de nombramientos, Serra no cambió a su llegada al ministerio a sus principales asesores militares, es decir, a los miembros de la JUJEM. Para puestos clave, como el capitán general de Madrid, ha nombrado, sucesivamente, a generales de talante conservador, como Rafael Allendesalazar y José María Sáenz de Tejada, y en todo momento ha rehusado situar en destinos de esa categoría a generales comprometidos con el actual sistema político, como José Antonio Sáenz de Santa María. Los ascensos al generalato, sobre todo en los últimos meses, han sido más selectivos, con constantes saltos en el escalafón -Emilio Alonso Manglano, director del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) se saltó a 21 compañeros-, pero también se han registrado accesos al generalato de militares citados en numerosas ocasiones como presuntos- implicados en actividades involucionistas ,como Armando Marchante y Félix Carrasco Lanzós.

No obstante, el termómetro involucionista ha decrecido notablemente en el último año y, de hecho, sólo se han producido contados incidentes -declaraciones del general Fernando Soteras, carta del general Fernando de Santiago en El Alcázar y otros-, resueltos de forma tajante con medidas disciplinarias.

También, como continuación de la política iniciada por sus antecesores, Serra ha potenciado el desarrollo de la industria militar española. En 1982, la producción de este sector ascendió a 94.000 millones de pesetas, de los que más de 70.000 correspondieron a exportaciones. Para los próximos dos años está prevista una inversión en el sector superior a los 80.000 millones de pesetas. Paralelamente, Serra ha firmado acuerdos de colaboración militar con Francia y la República Federal de Alemania. El objetivo es sustituir las simples importaciones de armamento por acuerdos que incluyan transferencias tecnológicas.

La escasa independencia en el suministro de armas a los ejércitos españoles ha decrecido, sin embargo, durante este año, y, de hecho, España ha sido el país de Occidente que más armamento ha comprado en estos 12 meses pasados a los EE UU. Entre los 72 aviones F-18 del FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque), 12 Harrier 2 de despegue vertical, helicópteros y misiles antibuque, se han firmado contratos por más de 3.280 millones de dólares (unos 508.000 millones de pesetas).