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El Gobierno intentará reducir un 25% el déficit comercial agrario mediante la nueva política de regadíos

El déficit de la balanza comercial agraria española ha evolucionado, en pesetas corrientes de cada año, de 24.512 millones de pesetas en 1972 a unos 60.000 millones de pesetas en 1982. Actuaciones en curso, con horizonte 1986, intentan que dicho déficit pueda reducirse en torno a un 25%. Para conseguir este objetivo, la política de nuevos regadíos y mejor aprovechamiento de los existentes es condición imprescindible.

Según se desprende de estudios oficiales, la balanza comercial agraria española es sumamente deficitaria. Inciden fundamentalmente en esta situación las importaciones de maíz-sorgo, algodón (fibra), semillas oleaginosas y leguminosas -pienso. Se pretende lograr un grado de autoabastecimiento del 70%, en maíz; 60% en algodón-fibra; 50% en oleaginosas, y 80% en leguminosas, con lo que se reduciría en unos 100.000 millones de pesetas/año (pesetas de 1982) el monto de las importaciones agrarias.El actual volumen de estas importaciones (para 1982) fue según el cuadro I. El déficit de la balanza comercial agraria ha evolucionado en pesetas corrientes de cada año, de 24.512 millones de pesetas en 1972, a unos 52.252 millones en 1982. La demanda previsible de los productos considerados, de acuerdo con estudios realizados por la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura se estima para 1985, en miles de toneladas, como queda reflejado en el cuadro II.

Regadíos

Para el logro de estos objetivos es imprescindible acometer una decidida política de regadíos: así, para el incremento de la producción de maíz-sorgo se admite que un 33% del incremento se conseguirá por mejora de las explotaciones existentes. El resto se debe obtener mediante nuevas transformaciones en regadío dedicadas a este cultivo, para lo cual deben irrigarse 301.500 hectáreas nuevas.Para el algodón-fibra el regadío deberá cubrir el ciento por ciento del incremento de la producción equivalente a 34.500 hectáreas de transformación de secano en regadío. En cuanto a las oleaginosas, se supone que el regadío cubre el 30% del incremento, debiendo irrigarse 201.000 hectáreas.

Los resultados físicos que se espera alcanzar en 1984 en el cumplimiento de estos objetivos son: incremento de la regulación de 308 hectómetros cúbicos de capacidad de embalse con destino al riego; transformación de 42.532 hectáreas de secano en regadío; obras complementarias que afectan a 19.000 hectáreas de regadíos existentes; mejora e intensificación de 16.400 hectáreas en regadíos existentes, y explotación de 1.500.000 hectáreas ya en riego.

Las inversiones necesarias para 1984 para éstas realizaciones, así como para garantizar la continuidad de los trabajos en los próximos, ascienden a 24.063 millones de pesetas, de los que 20.117 millones corresponden al presupuesto de la Dirección General de Obras Hidráulicas; 3.646,5 millones de pesetas, al Presupuesto del Fondo de Compensación Interterritorial; 99,5 millones, a fondos propios de los organismos autónomos, y 200,4 millones, a la aportación de los beneficiarios de las obras.

Pagar poco y tarde

Las cadencia de las superficies transformadas en regadíos ha sido progresivamente descendente, pasando de una media de unas 40.000 hectáreas/año transformadas en la década de los años sesenta a poco más de 15.000 hectáreas en los últimos tiempos. De mantenerse la tendencia actual, según los técnicos, continuará el progresivo deterioro de la balanza comercial agraria".Los ingresos procedentes de tarifas de riego, por último, se cobran con un retraso mínimo de un año y con un porcentaje muy elevado de impagados. Por otra parte, según las mismas fuentes técnicas, en la mayoría de los casos se trata de tarifas inferiores a las que realmente deberían aplicarse. Todo esto obliga a que en los Presupuestos Generales del Estado -capítulo 4, "Transferencias Corrientes"- se incluyan partidas muy importantes para equilibrar una parte del déficit de las Confederaciones como consecuencia de la explotación y conservación de la infraestructura hidráulica que tienen encomendada, así como de los gastos derivados de la ejecución de las obras que les encarga la Dirección General de Obras Hidráulicas. Para dar una idea de la importancia de estas subvenciones, en el Presupuesto de 1983 aparecen 2.137 millones de pesetas como transferencias corrientes a los citados organismos autónomos.

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