Ocho atletas españoles se someten a biopsias musculares
Las biopsias musculares realizadas ayer a Antonio Corgos y Ramón Cid pusieron fin al primer ciclo de investigación que la Federación Española de Atletismo ha emprendido con sus atletas más destacados. Se trata de una sencilla intervención quirúrgica en la que se extrae fibra muscular para que su posterior análisis pueda determinar si el tipo de fibras que tiene el deportista es el idóneo para la prueba en que es especialista y, si es así, activarlas hasta alcanzar la máxima operatividad posible por medio de un entrenamiento específico.Las fibras musculares de los atletas son explosivas o no explosivas. Las primeras favorecen la velocidad; las segundas, la resistencia. Dentro de las primeras hay tres tipos. El mayor número de cada una de ellas determina la distancia a correr con el máximo rendimiento. Las no explosivas tiene dos tipos, que igualmente condicionan el rendimiento del atleta.
Todas estas fibras se encuentran en el organismo. Pero los atletas desarrollan más unas que otras. Puede darse el caso de que un deportista esté realizando una prueba en la que, por su constitución interna, nunca pueda alcanzar su mayor rendimiento. La biopsia es la única fórmula para averiguarlo. En Estados Unidos y los países del Este son habituales. En España éstas son las primeras experiencias que se realizan.
José Luis González fue el primer atleta al que se le practicó una biopsia. La ciencia desveló que se trata de un gran mediofondista en potencia. Tiene un 49% de fibras explosivas y se trabajó con él para que activara al máximo los tipos A y C, que son los que permiten un trabajo de alta velocidad durante largo tiempo, precisamente lo que exigen las carreras de 800 y 1.500 metros.
Esta temporada José Luis González realizó sus mejores marcas personales. Sin embargo, fracasó en los compromisos más importantes: Mundiales y Copa de Europa. Guillermo Laich, el médico que trabajó con él y que ahora ha realizado e interpretado las biopsias a ocho atletas más, asegura que la experiencia fue un éxito "como lo demuestra la victoria ante Coe y luego la marca que hizo en 1.500 en la reunión de Bruselas; en los Mundiales no rindió según lo previsto porque tenía una infección. El atleta debe cuidarse, pero nadie está a salvo de hacer alguna tontería. Yo hago mi trabajo, digo lo que hay que hacer pero luego cada uno tiene su vida en la que no me puedo meter".
Los atletas a los que ahora se ha realizado la biopsia han sido Abascal, Domingo Ramón, Sánchez, Gimeno, José Alonso, Montserrat Pujol, Corgos y Cid. La Federación Española de Atletismo llevó con sigilo esta investigación e incluso su presidente la consideró como "rutinaria" cuando nunca se había hecho. Luego reconoció que "es algo que se hace con los atletas olímpicos", aunque Gimeno y Sánchez no pertenecen a la categoría olímpica.
La realidad es que con las biopsias de ayer se cierra el primer ciclo de investigación, al que sólo se ha sometido la tercera parte de los atletas olímpicos y una mínima representación de los de la selección. El precio de cada análisis -unas 100.000 pesetas- y el recelo con que algunos atletas y entrenadores ven estas experiencias han motivado que no hayan pasado más por el quirófano.
Tras la intervención, el atleta sale por su propio pie y al día siguiente puede ya entrenarse bajo control médico. Abascal, a los diez días de haberle realizado la biopsia, fue segundo en la milla de Dublín de la pasada semana. Una vez interpretados los resultados de la biopsia se realiza un programa para aumentar la capacidad de trabajo de las fibras deseadas. La potencia se mejora mediante una máquina isocinética que ha puesto a disposición de los atletas el Canoe y que es la misma que a Carl Lewis le posibilitó bajar en un año de 11.1 a 10. 1 en 100 metros. "Ésto es lo que tenemos que conseguir con nuestros atletas", dice el doctor Laich, "porque sin potencia, ni flexibilidad el cuerpo no puede llegar hasta donde podría estar capacitado".
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