_
_
_
_
Salud

Acupuntura, fitoterapia y otras heterodoxias

Las medicinas alternativas son objeto de una creciente aceptación

En Francia, la conferencia de decanos de las facultades de Medicina ha aprobado la introducción de la enseñanza de la acupuntura y la homeopatía en los estudios de la carrera de Medicina. En el Reino Unido, según los resultados de una reciente encuesta, el 80% de los estudiantes de Medicina desearía poseer ciertos conocimientos relativos a las técnicas médicas heterodoxas; por otra parte, la visita del príncipe Carlos al Centro de Ayuda a los Cancerosos, de Bristol, ha dado una especie de espaldarazo oficial al tratamiento del cáncer basado en la dieta, la meditación y el ejercicio.Es profundamente paradójico que en el momento en que la medicina ortodoxa, esto es, la enseñada en las facultades y practicada por la gran mayoría de los médicos, alcanza el nivel de eficacia más alto de su historia, las llamadas medicinas paralelas, heterodoxas o alternativas muestren una enorme pujanza y sean objeto de una creciente aceptación.

Para muchos enfermos, en los últimos decenios la medicina ha ganado en eficacia lo que ha perdido en comprensión de sus males. Opinan que la medicina ha concedido una desmesurada importancia a las estadísticas que muestran, por ejemplo, una continua elevación de la esperanza de vida, sin conceder la debida importancia a lo que hay detrás de esas cifras.

Por su propia formación, los médicos se sienten inclinados a aceptar lo que es nuevo y prometedor. Los retrasos en la adopción de las nuevas tecnologías quedan reducidos al mínimo por el miedo a ser lentos en la aplicación de los beneficios consiguientes, aunque éstos no se hallen debidamente probados. Al propio tiempo, los pacientes y sus familiares, espoleados a menudo por una imagen mítica del progreso tecnológico, presionan al médico para que aplique el último descubrimiento.

Valor científico

Pero junto a esa marcha hacia la más reciente innovación, en la que participan médicos y enfermos atraídos por los mismos objetivos, se produce desde hace tiempo otra marcha, pero ésta en sentido contrario, que tiene por finalidad reincorporar al arsenal médico métodos que casi nunca se han utilizado en la medicina occidental o que estuvieron en boga hace ya varios decenios.Entre las técnicas de tiempos antiguos o poco utilizadas que ahora se incorporan con fuerza pujante a la medicina ortodoxa destacan la acupuntura, consistente en la inserción de agujas especiales en distintos puntos de los canales de energía establecidos por la anatomía y la fisiopatología chinas; la moxibustión, que es la combustión de una torunda, empapada o no en hierbas medicinales chinas, sobre los puntos de circulación de la energía vital; la homeopatía, basada en el tratamiento simultáneo de los niveles físico, emotivo y mental del enfermo, restableciendo su equilibrio perdido y fortaleciendo sus mecanismos de defensa; la fitoterapia, en la que se vuelve a la utilización de plantas medicinales que no han sido tratadas por ninguna clase de proceso químico; y, por último, la dietoterapia, en la que se da importancia primordial al establecimiento de hábitos de alimentación nuevos, basados, ante todo, en el consumo de productos totalmente naturales, esto es, exentos de cualquiler aditivo.

Aparte de esos sistemas, los más difundidos por el momento existen y se practican con variable amplitud en el mundo occidental, la medicina antropósofa, la reflexología, la radiestesia médica, la energila pirarnidal, la psicosíntesis, la,curación por la fe y otros muchos., hasta, alcanzar el centenar recogido por A. Hill en la Enciclopedia visual de la medicina no convencional.

No todos esos sistemas o métodos pueden juzgarse por el mismo rasero, pues su base científica es, evidentemente, muy variada. Tal vez la acupuntura y la moxibustión, con sus 2.000 años de existencia y el importante volumen de trabajos científicos que han motivado, sean los sistemas que mayor atención reciben hoy de los medios médicos ortodoxos.

Más o menos científicos, casi todos los procedimientos heterodoxos tienen en común su inocuidad y su base en la firme creencia, no puramente teórica, de que el ser humano es un todo y que cuando enferma el estómago o el hígado, también resultan más o menos afectados otros órganos y, sin duda alguna, la parte psíquica. Ese alejamiento del materialismo y de la parcelación que hoy invaden a la llamada medicina científica es muy atractivo para los enfermos y, como demuestran los estudios efectuados en distintos países, también paria un número creciente de médicos que se consideran profesionales de la salud más que de la enfermedad.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_