Un atracador muerto y dos vigilantes heridos en un tiroteo junto a una caja de ahorros

Un presunto atracador muerto y dos vigilantes jurados heridos es el resultado de un tiroteo que se produjo ayer por la mañana en el curso de un fallido atraco a la sucursal de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid ubicada en la calle de Fermín Caballero, número 69, en la Ciudad de los Periodistas. El atracador fallecido es Félix Lurueña, nacido en Madrid hace 33 años, casado. El tiroteo se inició cuando los atracadores se encontraron, en el momento en que abandonaban la sucursal llevándose el el botín, con dos vigilantes jurados de una furgoneta blindada que llevaba fondos a la entidad de crédito.

Hacia las 9.40 horas, dos hombres penetraron en la sucursal de la caja de ahorros, a cara descubierta y armados con una pistola Star del calibre 7,65 y un revólver del 32, con los que intimidaron a los empleados y clientes. Tras apoderarse del botín -267.000 pesetas-, los dos asaltantes se disponían a salir de la entidad bancaria. En ese momento entraban en la sucursal dos vigilantes jurados de la empresa Ramel, especializada en el transporte particular de fondos en vehículos de seguridad, para realizar una entrega de dinero.Uno de los vigilantes, Ignacio García Reboredo, de 30 años, casado y con un hijo, que se encontraba ayer internado en la ciudad sanitaria La Paz, herido de bala en una pierna, manifestó más tarde que tanto él como su compañero, Benito Fernández Guerciano, herido también de bala, pidieron a los atracadores que no dispararan.

"Uno de los asaltantes comenzó en ese momento a apretar el gatillo y una bala rozó la cara de mi compañero", recuerda Ignacio García. "Le di un golpe y desvié el revólver. Siguió disparando y nos hirió a los dos en las piernas. Entonces sólo pensé que si quería vivir tenía que usar el arma". Así, se inició un fuego cruzado, en el que: fue alcanzado y herido mortalmente uno de los delincuentes, Félix Lurueña.

Amenaza

El otro atracador, cuyo nombre corresponde a las iniciales E. V. B., también de 33 años, logró salir de la sucursal bancaria con la bolsa del dinero. "Le dimos el alto", asegura el mismo vigilante jurado, "pero por toda respuesta recibimos dos disparos. Disparamos entonces nosotros y logramos herirle y retenerle, hasta que llegó unos minutos después la policía. Sólo recuerdo que iban a cara descubierta, que se cubrían la cabeza con boinas y que uno de ellos nos aseguré que su banda se encargaría de matamos".Los dos vigilantes heridos fueron trasladados en un taxi hasta la residencia sanitaria La Paz, donde fueron intervenidos quirúrgicamente para extraerles las balas. Su estado no es grave. Ignacio García aseguró asimismo que los dos atracadores iban acompañados por un tercer individuo que se encontraba fuera de la sucursal y que huyó corriendo en los primeros momentos de confusión.

En la sucursal de la caja de ahorros se encontraban en el momento del atraco unas 10 personas. Pese a lo reducido del espacio donde se desarrolló el tiroteo, ninguno de los numerosos testigos resultó herido. La puerta de entrada de la entidad bancaria quedó completamente destrozada por los disparos y se podían observar asimismo numerosos impactos de bala por las paredes. En el suelo quedaron grandes manchas de sangre. Durante toda la mañana, numerosos curiosos, en su mayoría niños del colegio Herrera Oria, situado frente a la sucursal, se agolparon frente al escenario del suceso para observar los destrozos.

La policía recogió en el lugar tres casquillos del calibre 7,65, procedentes de la pistola que llevaba uno de los atracadores. Del estudio realizado en los dos revólveres del calibre 38 que llevaban los vigilantes jurados se deduce, según la policía, que con estas armas se efectuaron seis disparos.