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Las autoridades chinas preparan una ley sobre la eugenesia que impida procrear niños deformes

Una verdadera galería de los horrores, que muestra monstruosos fetos -sin brazos o piernas, sin caja craneal, o que se encuentran unidos por el tórax o por la cabeza-, atrae todos los días, desde hace un mes, a millares de personas en Pekín. Conservados en formol, los fetos están rodeados de fotos de niños que sufren de mongolismo o malformaciones congénitas, dentro de una gran exposición sobre la eugenesia, ciencia que estudia la aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la raza humana. "Nuestro objetivo es sensibilizar a la opinión pública y prepararla progresivamente para la idea de una ley sobre la eugenesia", ha explicado Wang Liancheng, portavoz de la comisión de planificación familiar de la República Popular China.Para Wang Liancheng, el problema se plantea de una forma simple. Por una parte, las familias, tras la instauración de una estricta política de control de la natalidad que prohíbe a la mayor parte de las parejas tener más de un hijo, desean tener hijos "bellos, inteligentes y que gocen de buena salud". Por otra parte, está la sociedad, para la cual el nacimiento de niños anormales constituye un fardo inútil, en. particular en el aspecto económico. "Viniendo al mundo, han traído la desgracia a ellos mismos, a sus familias y a la sociedad", precisa un cartel expuesto en la exposición sobre la eugenesia.

El cartel añade que en China existen hoy día más de 10 millones de minusválidos, de los cuales dos millones son disminuidos psíquicos, que cuestan cada uno 5.000 yuans (375.000 pesetas) anuales a la sociedad. La población de China sobrepasa en la actualidad los 1.000 millones de personas. Con este enfoque no resulta raro ver que se exponen frases tales como "cada familia debe practicar la eugenesia", con el fin de preservar los intereses de la nación y de las generaciones futuras.

Wang ha reconocido que si las autoridades chinas están decididas a imponer una ley sobre la eugenesia, se enfrentan a grandes dificultades sobre su contenido. En estos momentos, China prolube formalmente casarse y, de forma indirecta, tener hijos a ciertas categorías de personas, según la ley sobre el matrimonio que entró en vigor en 1981. Se trata de parientes en línea directa y colaterales hasta la tercera generación de enfermos de lepra o "de cualquier otra enfermedad considerada por la ciencia médica como causa de que una persona no sea apta para el matrimonio". Entre estas enfermedades figuran las mentales, así como otras infecciosas no tratadas.

Según el portavoz de la comisión china de planificación familiar, la nueva ley sobre la eugenesia se añadirá a la ley sobre el matrimonio para impedir la procreación a nuevas categorías de personas, esencialmente las que sufren de taras hereditarias.

En lo que se refiere a las enfermedades congénitas, la dificultad es aún mayor si se tiene en cuenta la falta de instalaciones técnicas y de especialistas para diagnosticarlas antes del nacimiento. El único examen fiable en la actualidad, que permite descubrir ciertas anomalías del feto por el análisis del líquido amniótico, no se practica más que en algunos grandes hospitales chinos, dado su alto coste. Cuando el examen resulta positivo, se aconseja el aborto, aunque todavía no es obligatorio, precisa Wang.

Sin embargo, por lo que se refiere al futuro próximo, el Gobierno chino parece que se va a volcar en la sensibilización de la población y en medidas preventivas, consistentes especialmente en indicar a las mujeres las precauciones que deben tomar durante el embarazo, a fin de reducir el riesgo de tener un hijo anormal.

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