A Maruja Torres
Los países latinoamericanos no son las fincas del extrarradio" de EE UU. Ni siquiera como pirueta literaria pueden denominarse de esa manera. En nuestros países, la libertad y la represión, el hambre y la riqueza, tienen una dimensión tan grande como desconocida para una sociedad como la europea. En esa vorágine de enfrentamientos y cambios naufragan los análisis más técnicos y las políticas más sofisticadas. Como ejemplo, que recuerde Maruja Torres la gira de Reagan, confundiendo países y felicitando a los dictadores por sus mejoras en los derechos humanos. O al Papa, negando sus palabras para un grupo de nicaragüenses muertos por defender su libertad, tan duramente conquistada. O la incomprensión de las grandes potencias hacia el pueblo argentino, que de pronto apoya a sus dictadores en la recuperación de unas islas insignificantes.Una columna en este periódico es demasiado importante para incurrir en esas simplificaciones, que duelen a todos los latinoamericanos. /
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