La demanda resurgió al término de las sesiones
Las previsiones se cumplieron. Los miedos ante el fin de semana pudieron más que los tanteos de los compradores, que únicamente presionaban con alguna intensidad una vez terminado el plazo hábil para realizar operaciones. De esta forma, tanto los derechos de suscripción de Telefónica, como las acciones de CEPSA, Sevillana o El Águila, quedaban demandadas al cierre de la sesión en el mercado madrileño.La jornada, a pesar de no apartarse demasiado de las previsiones establecidas, presentó un perfil un tanto incierto por cuanto la oferta no se empleó tan a fondo como era esperado. Las realizaciones de beneficios consustanciales a los fines de semana, a los que ha precedido una tanda alcista, incidieron sólo discretamente en el mercado. La prueba más evidente de esta afirmación la constituía el hecho de que, una vez concluidos los corros, el papel se retiró a toda prisa y los ordenantes adoptaban posturas espectantes ante el resurgir de una demanda, que si bien no había actuado en los corros, se manifestaba a última hora, tras comprobar la escasa entidad de las bajas.
Como viene siendo costumbre en las últimas reuniones, los bancos prácticamente no contaron en el desarrollo general de la sesión. Los saldos vendedores volvieron a predominar, aunque en esta ocasión Bilbao y Santander ofrecieron unas discretas diferencias positivas en las que se apoyaban con fruición para justificar sus mejoras de 4 y 2 puntos, respectivamente. No obstante, la diferencia vendedora conjunta para los siete grandes, en la Bolsa de Madrid, superaba las 30.000 acciones. El sector eléctrico, el otro grande del mercado, se vio afectado por las realizaciones de los beneficios acumulados a lo largo de la semana. De esta forma, los retrocesos se generalizaron y terminaron por afectar a la totalidad de los títulos contratados. No obstante, una demarda tardía hizo su aparición coincidiendo con los últimos compases de la reunión, y pretendía retomar posiciones tras los últimos recortes.
No quedaron excesivamente claras las intenciones de estos compradores tardíos, pero existía la esperanza de que sus posiciones se mantuvieran hasta las primeras reuniones de la próxima semana, con lo que esta tanda se podría iniciar con un cierto matiz esperanzador. Independientemente de que las condiciones objetivas del entorno económico nacional no resulten excesivamente favorables para que se genere un ambiente alcista, el ambientillo propio del mercado de valores puede presentar una cierta disposición alcista, que podría apoyarse en la esperanza de que las compañías eléctricas anuncien el mantenimiento de sus dividendos, junto con la corriente compradora de fondo que viene centrándose sobre algunos valores industriales.
En cuanto a la vedette de las últimas sesiones, la Telefónica, registró, también conforme a las previsiones de los especialistas, la pérdida de una peseta, aproximadamente, en el precio de sus cuponres en el mercado madrileño, mientras que en el resto de las bolsas, y especialmente en la de Barcelona, el precio se establecía en torno al cambio precedente. Sus acciones se mantenían en las proximidades del cambio anterior, y en general existía una cierta expectación por comprobar cuál será la evolución de estas acciones y sus derechos de suscripción en la próxima semana.
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