Un arzobispo indio pide al sínodo que redacte un documento contra la guerra
El arzobispo de Nueva Delhi, el indio Ángelo Fernandes, ha pedido por escrito al sínodo de obispos, que se está celebrando en el Vaticano sobre el tema Reconciliación y penitencia, que los obispos y cardenales presentes de todo el mundo firmen, antes de volver a sus casas, un documento "contra la guerra y contra todas las armas de destrucción en masa".
Su petición ha tenido mucho eco, porque se trata de una personalidad eclesiástica ya conocida mundialmente por su empeño a favor de la paz, incluso dentro de organizaciones no católicas.
En su documento, que aún no ha sido hecho público, el arzobispo de la India afirma que "las armas nucleares y la decisión de aumentarlas son de naturaleza antipopular, son contra la vida y la dignidad de la familia humana".
En el documento se enumeran las causas principales que podrían poner en peligro la paz mundial: la injusticia y la discriminación, la negación de los derechos humanos, el desequilibrio entre libertad personal y responsabilidades sociales, el egoísmo y la avaricia, que han significado el dominio de los países poderosos sobre los débiles. Y el arzobispo ha querido también dar cifras. Ha subrayado que cada año se gastan 80.000 millones de dólares en armas, ya que en el mundo, ha dicho, existen 60.000 armas nucleares que corresponden a un millón de bombas como la que destruyó Hiroshima.
La confesión
En el tema de la confesión, las intervenciones claves, abiertamente conservadoras y antimarxistas, pidiendo que se mantenga a toda costa la confesión individual "como única defensa contra la sociedad de masa y tecnocratizada", han sido 24. En esta línea se han níovido sobre todo dos importantes cardenales de la curia romana, Pietro Palazzini y el alemán Joseph Ratzinguer, prefecto este último de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio. Los demás se han mantenido hasta ahora en una línea de mediación entre las posturas tradicionales y una visión más moderna de concebir el problema de la culpa no sólo personal, sino también social, y el de la confesión no sólo individual, sino también comunitaria o colectiva.
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