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El INI considera que la cabecera de Sagunto nunca será rentable

El plan de mantenimiento de la cabecera de Sagunto, elaborado por los técnicos de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM) y asumido por las centrales CC OO y UGT en la comisión de seguimiento, de aplicarse, no permitiría acercarse en ningún año al umbral de rentabilidad. La situación financiera que se crearía en el año 1990 exigiría una operación de saneamiento, para evitar dificultades a la supervivencia de la planta de frío, según un estudio de réplica elaborado por la división siderúrgica del Instituto Nacional de Industria (INI).El documento, que fue explicado a las centrales. por José María Lucía, presidente de AHM, en la última reunión de la comisión de seguimiento, estima que la inversión total a lo largo del período 1983-1990 sería de 34.359 millones de pesetas. Y advierte que "ha sido necesario introducir algunas modificaciones que corrigen el resultado del Plan de Mantenimiento de la Cabecera" elaborado por los técnicos. En este sentido subraya que no se aplican otras cargas financieras que las derivadas del programa de inversiones del plan, limitadas a la fase de 600.000 toneladas de arrabio, bajo las mismas condiciones del Plan Financiero del Proyecto de Reestructuración.

Estas condiciones son: el 50% de la inversión se realiza en forma de aportación de capital; el 35%, crédito del Banco de Crédito Industrial (BIC), con un 12% de interés anual a 14 años, con 4 de carencia; en cuanto al 15% restante para bienes de equipo, el 6% sería nacional, a un 12% de interés, con carencia hasta la puesta en marcha y posterior amortización en 12 semestralidades, y el 9%, crédito extranjero, a un 10% de interés anual e igual plazo que los nacionales. La carga financiera que ello supondría sería de 3.615 millones de pesetas en el año 1990.

Por lo que se refiere al capital circulante necesario para la explotación, el estudio señala que, por la experiencia obtenida con la. explotación actual de dos hornos altos en marcha, se estima en 6.000 millones de pesetas. La mitad de esa cifra se supone que será financiada por vía de capital, lo que hace necesaria una inversión permanente de 3.000 millones de pesetas, que, al 18% de tasa de interés, eleva la carga financiera del circulante en 540 millones.

Al comparar los costes de bobina caliente, el documento introduce nuevas correcciones al plan presentado por los sindicatos, haciendo constar en las estimaciones de costes las cargas de las nuevas inversiones y los créditos obtenidos. Así, señala que en 1990 los saldos de los préstamos del BIC serían de 3.711,5 millones de pesetas, los del crédito nacional para bienes de equipo alcanzaría los 237,1 millones de pesetas y el saldo del crédito extranjero estaría en los 335,8 millones de pesetas. A ello habría que sumar otros 8.292 millones de pesetas de inversiones no amortizadas en 1990.

De acuerdo con estas estimaciones, el estudio asegura que la diferencia de costes entre la alternativa presentada por los sindicatos y los correspondientes a las bobinas producidas por Ensidesa se muestran claramente favorables a la segunda. En Ensidesa el coste por bobina es de 37.608 pesetas por tonelada en 1983 y de 27.088 en 1990, mientras que las fabricadas en AHM tendrían un coste de 44.830 pesetas por tonelada en 1984 y 1985, de 41.501 pesetas por tonelada en 1986, y en 1987 y 1988 el coste sería de 40.851.

Aunque el precio de la bobina comprada se estima en 41.500 (superior al coste de la fabricada con la alternativa de los técnicos de AHM), la diferencia final es favorable a la bobina comprada, al tener que sumar a la fabricada en Sagunto las cargas financieras, las del capital circulante y los gastos de gestión; todo ello supondría que la bobina de AHM costaría 1.028 pesetas más que la comprada.

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