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Reportaje:

El pueblo de Barruera se recupera del impacto que supuso el asesinato del sacerdote Pedro Tahull

"A pesar de que a todos nos temblaron las piernas al enteramos del hecho, a nadie extrañó que Guillermo Tahull Feixa disparara contra su hermano, Pedro, ya que los enfrentamientos familiares eran cosa conocida de todo el pueblo", explica uno de los vecinos de Barruera, el pequeño pueblecito de la comarca de la Alta Ribagorça, en la provincia de Lérida, escenario del crimen del anciano y extraño sacerdote. El centenar de habitantes de este pueblo ha recuperado su ritmo normal de actividades: incluso un hijo del presunto homicida faenaba el martes con el tractor. Por otra parte, "si el Juzgado de Paz del pueblo y todo el aparato judicial hubiese funcionado mejor, posiblemente se hubiese podido evitar la tragedia", han indicado fuentes de dicho juzgado.

Guillermo Tahull Feixa, después de disparar dos tiros a Pedro, su hermano sacerdote, de 75 años de edad, bajó hasta el pequeño café del pueblo y pidió una cerveza. "Yo ya sabía lo que había ocurrido desde unos minutos antes, pero no le dije nada. Guillermo comentó que ahora ya se había acabado la comedia y salió en busca de la Guardia Civil", relató un vecino.Con la escopeta en bandolera, Guillermo Tahull -"no tiene nada de loco, está perfectamente sano", según el mismo vecino- cogió una motocicleta roja y emprendió viaje carretera abajo en busca de la Guardia Civil. El vehículo todo terreno del destacamento de Pont de Suert lo recogió cuatro kilómetros más abajo, cerca del cruce de Coll. Junto a la carretera, y apoyada en unos márgenes de piedra, quedó la motocicleta. De vuelta a Barruera en el coche de la Guardia Civil, Guillermo Tahull dijo: "Guardarme la moto hasta que vuelva, y llevarla al garaje de Fransi, en Pont de Suert; para que mis hijos no la utilicen".

Teresa Peguera, de 69 años, su esposa, había sido prácticamente el único testigo del homicidio al encontrarse en la cocina de la casa con Pedro Tahull, su cuñado, en el momento en que éste fue abatido por su hermano, Guillermo Tahull. Teresa Peguera no quiere hacer ninguna declaración pública. "La madre lo presenció todo y está muy afectada", se limitó a decir una de las hijas de ésta, Agnés Tahull Peguera, en la puerta de la casa. Parecidas palabras dijo su hermano, Josep Tahull, al descender de su tractor y dirigirse hacia las cuadras de Casa Sans.

Desaparece un anillo

Horas después del homicidio, en la tarde del domingo, un anillo que Pedro Tahull llevaba en su dedo meñique, desapareció. Se trata de una joya de gran valor, de oro, con tres brillantes a cada lado, y que llevaba el sello de la Casa Sans en el siglo XVII. Asimismo, durante la noche del domingo al lunes, el cadáver del sacerdote muerto quedó en el depósito municipal de Barruera y la puerta de dicha dependencia fue forzada.Por el momento, la familia de Guillermo Tahull no ha realizado ninguna gestión cerca del Juzgado de Tremp encargado del asunto y a cuyas dependencias fue conducido el presunto homicida. "No hemos contratado a ningún abogado ni nada. Es una cuestión que todavía hemos de decidir en familia", indicó Agnés Tahull Peguera. Un vecino del pueblo comentó, sin embargo, que "no creo que hagan nada por Guillermo, le dejarán estar y cuanto más tiempo esté fuera del pueblo, mejor". Otro vecino explicó, con el temor de que alguien estuviera escuchando detrás de la tapia de su corral, que "el acto de Guillermo Tahull es una barbaridad, sobre todo, en Barruera, donde no habíamos visto nunca matar más que a alguna gallina o a algún conejo. Las discrepancias por la herencia y también por celos existían, pero no imaginé que llegaran a tanto. Guillermo llegó a sospechar que su mujer se entendía con Pedro. Yo no lo creo. Además, la mujer, con 69 años, no parece la persona más indicaba para cosas de éstas".

En el momento de fijar los términos de la herencia de Casa Sans, los padres de Guillermo y de Pedro no habrían hecho capítulos y, después de algunas vacilaciones y dudas, la madre dejó la herencia a Pedro, quien en 1933, ya sacerdote, dejó el Obispado de La Seu d'Urgell para trasladarse a la diócesis de Reno, en Nevada (Estados Unidos), donde ha vivido durante más de 40 años. Durante este tiempo fue Guillermo, con su esposa y sus siete hijos, quien llevó la casa y las propiedades.

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Un pasado en las sombras

La vida del sacerdote en Norteamérica no es bien conocida por sus familiares. "Creo que ejercía de cura, pero nunca hablábamos de sus actividades en América", explicó a este periódico una sobrina suya, Maria LluVsa Fillat. Ésta, con su esposo Eduard Serra, en Pont deMontanyana (Huesca), acogió a Pedro Tahull en la mayor parte de los cuatro años que ha estado en España. "Llevaba una vida tranquila, salía por la mañana a pasear junto al río o a leer la Prensa cerca de la carretera. Después de cenar, solía ver la televisión". Por lo que se refiere a algunas versiones que catalogaban a Pedro Tahull como un gran bebedor de alcohol y dado a andar con mujeres, los sobrinos del sacerdote explicaron que " a veces, le gustaba tomar un trago de whisky, como a cualquier persona. Mujeres nunca trajo a casa ninguna y esto lo puede testificar la gente de aquí, del pueblo". En sus temporadas en Pont de Montanya, Pedro hablaba poco de sus cosas: "No sabemos si cobraba de los Estados Unidos ni tampoco qué hacía cuando estaba fuera de aquí. A veces iba a Vilanova de la Barca, un pueblo cerca de Lérida, o a Barcelona a resolver sus asuntos".Pedro Tahull, según todas las versiones recogidas, habría dejado de ejercer su ministerio como sacerdote. Un compañero suyo de estudios en el seminario de La Seu d'Urgell, a quien hace unos tres años Pedro visitó brevemente, le calificó de "hombre de carácter raro y dificil, inteligente, pero con muchas ganas de ser siempre original. Ya entonces, hace 50 años, era un hombre problemático". Nacionalizado norteamericano, poseía pasaporte y cartilla de la Seguridad Social de aquel país.

Lo que sí parecen admitir los vecinos de Barruera es que la vuelta definitiva a España de Pedro Tahull, hace unos tres años, avivó el distanciamiento y la pugna entre Guillermo Tahull y la familia de éste. El control de la casa y las fincas de Casa Sans y la creencia, manifestada en diversas ocasiones por parte de Guillermo, de que su hermano Pedro le suplantaba tanto en su papel de dueño, como de padre e, incluso, de esposo, motivó un intento de divorcio. Tanto Guillermo como su esposa, Teresa, habrían hecho algunas declaraciones formales en el Juzgado de Paz de Barruera. "Ocurre que con la precariedad de medios que tenemos, un presupuesto de 3.000 pesetas anuales y una infraestuctura judicial casi inexistente, y sin teléfono, no se ha podido hacer una buena labor de mediación que, en el caso de esta familia, podía haber sido la clave para prevenir la tragedia del pasado domingo", según una fuente cercana al citado juzgado.

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