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El príncipe Sultan Ben Abdelaziz, ministro de Defensa de Arabia Saudí

Su hermano Talal, líder del Unicef, vendrá a España el 16 de octubre

La dinastía wahabita, que desde 1932 reina en Arabia Saudí -el único Estado del mundo que lleva el nombre de una familia-, está nutrida por 4.000 príncipes y princesas millonarios, vinculados por lazos de parentesco al fundador de la familia real, el gran Ibn Saud, Abdelaziz Ben Abdul. Rahman al Saud. La tradición principesca de honrar a los antepasados asumiendo sus nombres y la singularidad de los mecanismos sucesorios saudíes determina un alto grado de error a la hora de identificar a unos y otros pares del reino árabe. A ello obedece la confusión que llevó a identificar ayer en esta misma página al príncipe Talal Ben Abdelaziz, dirigente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, con su hermano, el príncipe Sultan Ben Abdelaziz, ministro de Defensa de Arabia Saudí y hombre fuerte del régimen, que desde ayer visita España en viaje oficial. Talal visitará nuestro país el próximo día 16.

El príncipe Sultan Ben Abdelaziz, decimotercer hijo del mítico monarca fundador de Arabia Saudí, Abdelaziz al Saud, en la leyenda conocido por Ibn Saud, es hoy el número dos del régimen de Riad, donde reina su hermano Falid Ben Saud, quinto rey wahabí, siendo el heredero a la Corona el príncipe Abdullah, viceprimer ministro y comandante en jefe de la Guardia Nacional.Sultan, que nació el 5 de enero de 1928, dentro de la rama dinástica de los influyentes Sudeiri, es un hombre familiarizado con el poder. Los primeros años de su vida transcurrieron junto a su padre, a la sazón en lucha contra los británicos y los reyes-taifas árabes, para unificar las dos amplísimas provincias de Hejaz y Nedj, bastidores del reino instalado luego por él en la península Arábiga.

En 1949, su padre le nombró gobernador de Riad, cargo desde entonces desempeñado siempre por un miembro de la rama familiar Sudeiri. Desde este puesto, Sultan inició la tarea de crear un sistema administrativo acorde con la ley islámica. En 1953 moría su padre, el gran Abdelaziz. Ante sus 36 hijos, 31 de los cuales sobrevivieron a su muerte, se abría la ingente tarea de consolidar una monarquía árabe atenta al islam estricto y a los desafíos que el futuro y la gigantesca riqueza petrolera imponían a Arabia.

Sultan entró a formar parte del Gobierno de Riad, como ministro de Agricultura, en 1955, y desde él comenzó una política de desnomadización, orientada al asentamiento estable de los beduinos árabes que poblaban la península. Igualmente promovió una política de creación de granjas agropecuarias con la que completar los asentamientos.

Dos años después, en 1957, fue nombrado ministro de Comunicaciones. De esta fecha data la construcción del ferrocarril entre Riad, la capital interior de Arabia Saudí, y Daminan, el importante puerto oriental saudí, a unos 300 kilómetros hacia el Este, sobre el golfo Pérsico.

Ministro de Defensa y de la Aviación desde 1962, dirige la Guardia Real y tiene bajo su mando unos 35.000 hombres, posiblemente el ejército que destina más dinero a cada uno de sus soldados entre todas las milicias del mundo.

El príncipe Sultan Ben Abdelaziz ha sido el artífice de la modernización de las fuerzas armadas de su país, acorde con el liderazgo que Arabia Saudí desempeña en el Próximo Oriente en los ámbitos estratégico, económico y energético.

Arabia Saudí, el único país presente en las Naciones Unidas denominado con el nombre de una familia, los Saud, posee la cuarta parte de las reservas mundiales de petróleo y es el mayor exportador mundial de crudo. Los recursos derivados de este potencial petrolero han contribuido a rodear con una aureola de fasto y riqueza ilimitada a la familia real que reina en el país desde 1932, y de la cual el príncipe Sultan es hoy, tras el rey Fahd y junto al ministro de Finanzas, Mohamed Aba al Jail, puntal principal.

La estructura del poder en Arabia Saudí se halla asentada sobre los hijos y nietos del fundador de la dinastía, divididos en dos ramas maternas descendentes. Unas 20.000 personas componen la red de parentesco que forma, la columna vertebral del Estado saudí, donde unos 4.000 príncipes y princesas, con sus hijos, ocupan el vértice de la pirámide.

El elevado grado de complejidad en la transmisión dinástica saudí reside en que la Corona saudí, a diferencia de otras casas reales que siguen el principio de la sucesión regia según la primogenitura, de padres a hijos y en orden descendente, ha sido desempeñada hasta ahora por el fundador de la casa real y, horizontalmente, por cuatro de sus hijos, Saud (depuesto en 1962), Faisal (asesinado en 1975 por un sobrino suyo), Jaled (muerto en junio de 1982) y Fahd. El sucesor de Fahd, Abdu Bah, apasionado por la equitación, de quien se asegura que mantiene criterios diferenciados de los de Sultan, es también hijo del gran Ibn Saud, pero de madre distinta de la que alumbró a Sultan Ben Abdelaziz.

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