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Las secuelas del hundimiento del mayor imperio del transporte español

Un comandante de la Guardia Civil autorizó en principio la operación

A las 10 de la mañana de ayer, nueve horas después de que Ramón Mateu Casadevall abandonara la prisión Modelo en libertad provisional, el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona reanudó las investigaciones en tomo al secuestro del industrial, llamando a declarar al comandante de la Guardia Civil Wifredo Miralles Mestres, jefe de la IV Zona de Tráfico. El responsable del cuartel de Navas de Tolosa confirmó las anteriores declaraciones prestadas por los seis miembros de la Benemérita y reconoció haber autorizado, en un principio, la operación.El comandante admitió que había dado luz verde a la operación que le había propuesto el cabo Toledo, responsable de los servicios de información, consistente en la detención de Mateu en territorio español y aprovechando una visita a sus familiares.

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El declarante declaró también que autorizó al guardia José Fernández Romera para que se trasladara con el detective Jorge Luis Colomar a Puigcerdà, para concretar el lugar donde se debía llevar a término la detención. Días después, el comandante empezó a desconfiar de los datos que se le habían proporcionado y desautorizó la operación.

En la misma jornada de ayer prestó declaración ante el juzgado un ex delincuente de raza gitana, especialista en abrir puertas, a quien se le propuso trasladarse a La Grand Motte (Francia) para robar documentos en la habitación de Ramón Mateu. El declarante aseguró que la propuesta le fue hecha en su domicilio de Badalona, donde acudieron el guardia civil José Fernández Romera y el detective Jorge Luis Colomar. El espadista confirmó las anteriores declaraciones, según las cuales habría desistido de la operación, por lo arriesgado de lo misma y por tener 11 hijos.

La sesión judicial de ayer, que finalizó a las 14.30 horas, se cerró con un careo entre el detective Jorge Luis Colomar, presunto responsable y cerebro de la operación, y el guardia civil Jose Fernández Romera. En el transcurso de este careo, que fue muy crispado, los dos mantuvieron sus propias versiones. El detective se reafirmó en la hipótesis de que la Guardia Civil conocía el secuestro de Ramón Mateu, mientras su oponente lo negaba.

El martes, el juzgado reanudará las investigaciones, llamando a declarar al titular de un DNI falseado, que fue localizado por la policía en poder del detective. Según se ha podido saber, este documento había sido sustraído, y su desaparición, denunciada.

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