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Con el cierre de Telerasa se deja de fabricar el televisor Zenith

Andreu Missé

La aprobación del Plan Electrónico Nacional Negará demasiado tarde para la firma Telera, SA -también conocida como Telerasa-, cuya principal actividad ha sido la fabricación y comercialización de televisores Zenith. Telerasa se ha visto obligada a solicitar a la autoridad laboral la rescisión de todos los puestos de trabajo que integran la plantilla y que se elevan a 98, lo que supone la virtual liquidación de la empresa.

La empresa presentó expediente de suspensión de pagos el 15 de julio pasado, declarando un activo de 1.591 millones de pesetas y unas deudas de 910 millones.El. hundimiento de esta empresa hay que sumarlo a la cadena de percances que en los últimos años, se han registrado en el sector de la electrónica de consumo. Según la memoria de la compañía, la complejidad técnica que ha introducido la televisión en color y el aumento de las magnitudes económicas necesarias para obtener niveles de rentabilidad competitivos han supuesto la desaparición de numerosas empresas nacionales o la absorción de otras por firmas extranjeras.

Descalabro nacional

En este sentido, se recuerda la desaparición de marcas tan arraigadas como Lavis, Vanguard, Iberia, Werner, De Wald, Selmaster, Turmix, Fercu, Marconi, Philco, SyIvania, Singer Optimus, Danubio y Bremen.El descalabro de las industrias nacionales del sector, que ha quedado reducido prácticamete a CECSA, Elbe y Vieta, ha permitido que el 65% del mercado esté en manos de cuatro grandes multinacionales, Philips, Thomson, Telefunken y Grundig. Y ello sin olvidar que las empresas calificadas de nacionales también tienen fuertes ligazones con sociedades extranjeras.

La fulminante caída de Telera, SA, impedirá que se pueda llevar a cabo tal como estaba prevista la primera parte del Plan Electrónico Nacional en lo referente a electrónica de consumo. El plan, en su redacción aún no definitiva, preveía la fabricación de 400.000 televisores en color, en 1984, que supondrían un valor de 30.000 millones de pesetas, de las que 6.600 millones corresponderían a exportación.

En un principio, la producción de este producto debía correr a cargo de Elbe, con las marcas Emerson y Sharp; CECSA (Emerson y KoIster); Telera, SA, (Zenith) y Vieta. Además, CECSA y Elbe fabricarían 200.000 vídeos, destinándose la cuarta parte a la exportación.

El Plan Electrónico Nacional tendrá entre sus objetivos principales la ordenación de la actividad de las multinacionales en España, con las que la Administración intentará llegar a pactos concretos, pues han sido tantos los retrasos que ha sufrido, que cuando entre en vigor, la industria nacional habrá quedado reducida ya a la más mínima expresión.

La negativa de Elbe

El último intento de salvación de Telera, SA, se frustró ante la negativa de la Administración a establecer un plan de reconversión para el sector de electrónica de consumo en el que se intentaba la implantación de un programa de actuación conjunta y coordinada por parte de CECSA, Elbe, Vieta y Telera, SA, de acuerdo con la especialización de cada una de estas firmas en la producción de un único producto.Según la dirección de Telera, SA, la Administración exigía diversos requisitos para conceder ayudas económicas a esta iniciativa: el respaldo tecnológico de alguna empresa japonesa de primera fila; la realización de importantes inversiones por parte de los accionistas de las cuatro sociedades; el mantenimiento de los puestos de trabajo, y unos fuertes compromisos de exportación en el futuro. Según esta fuente, la razón de que no se hayan cumplimentado esos requisitos ha sido "la reticencia de Elbe a participar en la iniciativa, cerrándose así la posibilidad de obtener apoyo de la empresa japonesa Sharp, vinculada a Elbe, como es de todos conocido".

Las pérdidas de Telera, SA, durante los últimos tres años, han ascendido a 258 millones de pesetas. Las causas de estos resultados negativos han sido el deterioro del aporte tecnológico por parte de la empresa licenciataria Zenith Radio Corporation y la escalada del dólar, que ha disparado los precios de los componentes importados y ha situado el coste del producto por encima del precio de venta.

A pesar de todas estas limitaciones, los trabajadores de Telera, SA, mantienen viva la idea de reflotar la empresa transformándola en una cooperativa o en una sociedad anónima laboral.

Para ello, han iniciado negociaciones con la dirección, solicitando que les sean cedidas las acciones; que los principales accionistas, Martín Barot Ribalta y José María Barot Ribalta, renuncien a sus créditos y que éstos les concedan una ayuda de 40 millones de pesetas. Por su parte, la empresa ha ofrecido una indemnización de 25 días de salario por año de trabajo, con un límite máximo de 365 días, que se devengaría a medida que se fueran vendiendo las existencias de productos existentes en la factoría.

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