Seis guardias civiles declaran en el sumario del secuestro del empresario Ramón Mateu
Un sargento, un cabo y cuatro números de la Guardia Civil del servicio de información del cuartel de Navas de Tolosa, en Barcelona, prestaron ayer declaración en torno al secuestro del industrial catalán Ramón Mateu Casadevall. Asimismo, prestó también declaración el séptimo presunto secuestrador, Miguel Morales Cejas, más conocido por el apodo de el Manco, que estaba en paradero desconocido y que trabajaba en el gabinete de investigación que dirige Jorge Luis Colomar, presunto cerebro y motor del operativo. El huido aseguró que la Guardia Civil abandonó la operación cuando Ramón Maten estaba ya secuestrado y viajaba a España.
A las ocho de la tarde, cuando en el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona se encontraban declarando los guardias civiles presuntamente ímplicados en el secuestro del industrial catalán Ramón Mateu Casadevall, se presentó el séptimo secuestrador, Miguel Morales Cejas, quien desde el pasado miércoles estaba en paradero desconocido y era buscado por la policía de Barcelona, para aclarar determinados puntos relativos al hecho.Miguel Morales Cejas, poco antes de entrar en el juzgado de instrucción, informó suscintamente de lo acaecido. En su confesión,. que posteriormente sería ampliada ante el juez, implicó directamente y de nuevo a la Guardia Civil, como lo había hecho Jorge Luis Colomar.
Según Miguel Morales, la operación empezó a planificarse hace aproximadamente un mes y para ello se trasladaron en diversas ocasiones al cuartel de la Guardia Civil de Navas de Tolosa, donde ultimaron los detalles con los miembros de la brigada de información. Las últimas visitas al mencionado cuartel las efectuaron los pasados días 17 y 19 de septiembre. Morales aseguró que en las conversaciones participaron todos los miembros del servicio de información.
El último contacto con la Guardia Civil lo estableció el propio Miguel Morales el martes 21 de septiembre a las nueve de la noche, cuando se había ya secuestrado a Ramón Mateu y en un coche iba camino de la frontera española. Miguel Morales, que junto con otras tres personas debía componer la dotación del segundo vehículo de apoyo de la operación, telefoneó desde Francia a la brigada del cuartel para informar que la operación se había puesto ya en marcha y que esperaban el contacto en la frontera, tal y como habían planeado. Fue en ese preciso momento cuando los secuestradores tuvieron conocimiento de que la Guardia Civil había decidido no apoyar el plan, según la versión de Miguel Morales.
"El guardia civil Sáez me dijo que habían surgido complicaciones y que lo dejásemos correr.
Ramón Mateu ya había salido hacia la frontera. Les alcanzamos en Perpiñán y allí les dimos la noticia", afirmó el presunto secuestrador.
La versión del guardia civil José Sánchez Romero, a quien en las declaraciones policiales se le conoce por el apodo de El Pepillo, difiere sustancialmente de la de los presuntos secuestradores, ya que asegura que lo único que había hecho era comprometerse a establecer un servicio de vigilancia en un punto determinado de la carretera de Puigcerdá, cerca de la frontera, esperando que por allí pasara Ramón Mateu cuando fuera a visitar a sus familiares, y detenerlo así en territorio español. A renglón seguido, afirma en sus declaraciones haber tenido contactos previos con el detective Colomar, pero asegura que este les engañó y nunca les explicó que el industrial iba a ser conducido a la frontera por la fuerza. Asimismo, los guardias civiles han asegurado que Jorge Luis Colomar venía,, prestando en los últimos años servicios a Guardia Civil, en calidad de confidente, "la mayoría de cuyos servicios eran un verdadero fracaso".
Las declaraciones de la Guardia Civil con respecto a este, caso aún no han finalizado. En las próximas horas prestará su testimonio el comandante Wifredo Mestres, jefe del IV sector de tráfico, responsable del cuartel de Navas de Tolosa.
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