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Despilfarro energético en la mayor parte de los edificios modernos, según la primera prospección termográfica realizada en España

Los edificios construidos a comienzos de los años 70 -al no plantearse los problemas de la pérdida de calor- desaprovechan una importante cantidad de energía, según se desprende de la supervisión termográfica aérea realizada por vez primera en España, el pasado mes de febrero en Pamplona, con objeto de detectar las pérdidas energéticas en viviendas e industrias. Esta investigación -cuyos resultados son perfectamente extrapolables al resto de las ciudades españolas- ha sido financiada por el Centro de Estudios para la Energía.

En opinión de los técnicos que han realizado este trabajo -cuyo coste total supone cinco millones de pesetas-, la supervisión termográfica aérea es una tecnología válida para diagnosticar las pérdidas energéticas ya que permite conocer con todo detalle las zonas, barrios e incluso edificios concretos, que despilfarran calor.

De las conclusiones del estudio se desprende que las pérdidas energéticas en los edificios son debidas principalmente a la ausencia de sistemas de aislamientos. El deterioro de los sistemas de calefacción y calderas, los deficientes tipos de construcción, el tamaño de las ventanas, persianas abiertas y radiadores empotrados, son también algunos de los elementos que originan estas pérdidas de energía.

Ahorro de 12.000 pesetas

El estudio de la supervisión aérea señala además el hecho de que una vivienda familiar de tipo medio, puede conseguir. unos ahorros energéticos anuales de más de 12.000 pesetas si se corrigen los defectos existentes. Se ha comprobado que las instalaciones de calefacción y de agua caliente se pueden mejorar entre un 15 y un 20%.Esta experiencia, fue llevada a cabo por un avión Hércules del servicio, cartográfico del Ejército del Aire, volando a una altura le 500 metros. Estaba provisto de un equipo multiespectral de 11 bandas que se empleó para la toma de información. Al recibir la radiación térmica la imprimió en una película de 2.000 metros donde las tonalidades responden a la mayor o menor pérdida de calor.

En el caso concreto de este estudio de Pamplona, el casco viejo de la ciudad es la zona en la que se ocasiona menor pérdida de energía, porque sus viviendas no cuentan, en la mayoría de los casos, con sistemas de calefacción.

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