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El jefe del comando 'etarra' acusado de querer atentar contra líderes antisandinistas logró huir de Costa Rica

El jefe del comando de ETA acusado de querer atentar contra líderes antisandinistas de Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) logró huir de Costa Rica, según admitió ayer el subjefe de Seguridad, Rodolfo Jiménez. El ministro de Justicia, Carlos José Gutiérrez, confirmó, por su parte, que una segunda persona, de nacionalidad costarricense, ha sido detenida en relación con este caso.

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Gregorio Jiménez Morales, el único etarra apresado hasta el momento, fue trasladado el miércoles ante la corte de Justicia por la policía local. De pequeña estatura, complexión débil y espeso bigote, el Pistolas presentaba un aspecto cansado y ojeroso.En presencia del juez pudo entrevistarse por espacio de unos 10 minutos con ¡os diputados de Herri Batasuna Miguel Castells e Iñaki Ruiz, a quienes acompañaba el abogado defensor Francisco Lemus.

El juez limitó el diálogo con el detenido a temas familiares, y lo interrumpió cuando éste empezó a girar sobre las circunstancias de su detención. Jiménez Morales lloró cuando se habló de su madre y su hermana.

Trasladado luego a otra dependencia judicial, le fue leída la declaración que prestó el 13 de septiembre ante la dirección de Inteligencia y Seguridad, en la que supuestamente habría aceptado la existencia del plan terrorista que presuntamente iba a ejecutarse en Costa Rica. Se le leyó igualmente la acusación del ministerio fiscal, que se limita por ahora. a los cargos de falsificación de documentos y uso de identidad falsa.

De acuerdo con el procedimiento penal costarricense, Jiménez se abstuvo de declarar ante el juez. Su abogado manifestó que no era conveniente que prestara declaración, porque incluso había perdido la noción del tiempo durante su largo arresto. Poco más tarde pasó a los calabozos de Justicia, donde iba a visitarle ayer un funcionario de la embajada española, al terminar el período de incomunicación.

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En contra de lo que se afirmaba en la crónica de ayer, las leyes de Costa Rica prevén que la policía pueda solicitar del juez encargado del asunto, una ampliación de los plazos de incomunicación previstos por la ley. En este caso el juez concedió un período suplementario de 10 días, que finalizaba ayer, con lo que no se ha registrado ninguna irregularidad de procedimiento. El juez cuarto de Instrucción de San José tiene un plazo de seis días, a contar desde el miércoles, para determinar si sobresee el caso o instruye sumario.

Los diputados del Parlamento vasco fueron recibidos también por los ministros de Seguridad y Justicia. El primero de ellos, Ángel Edmundo Solano, negó que se hubiera planteado en ningún momento su posible detención a la llegada al país, tal como declaró el jefe de policía. Se ofreció incluso a facilitarles una entrevista con el detenido cuando se desconocía que éste hubiera sido trasladado ya a los tribunales.

La policía sigue la pista de otros 'etarras'

Sólo Miguel Castells acudió por la tarde a la cita con el titular de Justicia, Carlos José Gutiérrez. Éste se interesó primero sobre su condición de diputado, para aclarar si pertenecía a las Cortes o a un Parlamento regional. En el curso de la entrevista leyeron conjuntamente el tratado de extradición firmado a finales del siglo pasado entre España y Costa Rica. Según la versión dada por el abogado vasco, este convenio excluye la extradición por delito de intencionalidad política.

Sobre la marcha de las pesquisas policiales, las noticias van destilándose, con cuentagotas. La fuga del supuesto responsable del comando terrorista no supone que la policía haya descartado necesariamente la posibilidad de que algunos de los integrantes del grupo se encuentren aún en el país.

La radio policial de baja frecuencia transmitió durante toda la tarde del miércoles información acerca de un coche en el que podrían viajar presuntos activistas de la organización ETA. 'Hay que tener mucho cuidado, son de extrema peligrosidad", insistía la voz policial.

En el marco de la crisis política originada por el supuesto plan subversivo de ETA, por encargo de los sandinistas, se inscribe la visita realizada sorpresivamente a San José por el jefe de las tropas norteamericanas acantonadas en el canal de Panamá, general Paul Gorman. Durante su entrevista con el presidente Luis Alberto Monge, el jefe militar ofreció a este país un plan para que ingenieros de los ejércitos de Estados Unidos, Colombia y Panamá realicen un programa de obras de infraestructura en Costa Rica.

El presidente y el general norteamericano coincidieron en su apreciación de que este proyecto no necesita de la aprobación de la asamblea legislativa, porque los militares que se desplacen al país no traerán armas ni vendrán con fines bélicos. Estados Unidos aportaría la maquinaria y la dirección, en tanto que el Gobierno costarricense deberá poner los materiales y la mano de obra.

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