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Washington mantiene contactos diplomáticos con Moscú para evitar un enfrentamiento, de las superpotencias en Líbano

Washington ha mantenido contactos diplomáticos con Moscú porque está firmemente resuelto a impedir que la crisis libanesa degenere en una confrontación entre las dos superpotencias, según manifestó ayer el secretario de Estado norteamericano, George Shultz. Arabia Saudí considera inevitable la partición de Líbano si en las próximas horas no se alcanza un alto el fuego. La misión mediadora del emir Bandar ben Sultan se da por fracasada, al tiempo que la situación militar se endurece, con combates en la montaña, en Suk el Gharb y en Beirut.

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En una pesimista intervención sobre el panorama libanés ante la; Comisión de Exteriores de la Cámara de Representantes, Shultz manifestó ayer que "intereses nacionales (norteamericanos) y la seguridad de nuestros amigos y aliados en la región están en juego", pero que Estados Unidos ha iniciado esfuerzos diplomáticos para evitar que Líbano se convierta en un campo de "confrontación entre superpotencias", informa France Presse.Fuentes del Departamento de Estado interrogadas sobre estos esfuerzos se limitaron a señalar que el conflicto libanés había sido objeto de "contactos diplomáticos" entre Washington y Moscú.

El pesimismo de la Administración Reagan podría estar perfectamente relacionado con el fracaso de la misión negociadora del emir saudí, que ha manifestado que los árabes "están convencidos de que, si no se logra un inmediato acuerdo de alto el fuego en Líbano, el país va a la partición".

Al fracaso del plan saudí -que proponía la instauración de una tregua en las actuales posiciones de las fuerzas en combate y el control de su observancia por neutrales como paso previo para la celebración de unas conversaciones multilaterales sobre el futuro del país- ha contribuido decisivamente la negativa libanesa a aceptar el veto sirio a varios de sus más altos representantes en tales conversaciones, según Reuter.

Antes de que hubiese trascendido el fracaso de la misión saudí, la situación en el campo de batalla se había degradado decisivamente. El martes por la noche fue alcanzada por las bombas la residencia del embajador norteamericano en Beirut y la Marina estadounidense intervino en tres ocasiones para silenciar las baterías artilleras que batían, además, la zona donde está enclavado el palacio presidencial y el Ministerio de Defensa, informa Efe. Estas mismas zonas volvieron a ser bombardeadas ayer, al tiempo que las fuerzas antigubernamentales parecían iniciar el ataque final contra Suk el Gharb. El ejército trataba de reforzar urgentemente la considerada puerta de Beirut, y numerosos carros de combate y transportes blindados salieron de la capital.

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