Los ayuntamientos catalanes proponen modificar el actual impuesto de circulación

La Federación de Municipios de Cataluña ha elaborado una propuesta, que será presentada en una próxima asamblea de la organización, según la cual los ayuntamientos concederían una licencia de uso y circulación de vehículos, sin la cual los automóviles no podrían circular por las ciudades. Esta licencia cuya existencia se pretende sea recogida en el Código de Circulación sustituiría al actual permiso de circulación que conceden las jefaturas de tráfico y a los impuestos municipales con que gravan los ayuntamientos a los automovilistas.El documento, elaborado por Josep Maria Socías Humbert, ex alcalde de Barcelona, ha sido acogido favorablemente por el director general de Tráfico, José Luis Martín Palacín, y por los miembros de la Federación Española de Municipios que lo conocieron en su última reunión.

El objetivo de la propuesta, que significaría un notable incremento de competencias municipales en la regulación del tráfico ciudadano, es el de introducir en el marco del nuevo Código de Circulación la creación de una licencia de concesión municipal. Dicha licencia de uso y circulación de vehículos en vía pública, que sustituiría el actual permiso de circulación, debería ser renovada anualmente mediante el pago de una tasa y constituiría un documento indispensable para el tránsito del coche. Un distintivo situado de modo visible en el vehículo serviría para acreditar ante los agentes de tráfico la posesión de la licencia y el cumplimiento de las obligaciones que ello comporta.

La licencia debería ser renovada cada año y para ello se exigirán los siguientes requisitos: estar al corriente de las tasas derivadas de la licencia, aportar los correspondientes certificados de que el vehículo no supera los niveles de contaminación estipulados y estar al día en el pago de las sanciones que hubiere acumulado durante este período. En el caso de vehículos con más de cinco años de antigüedad se exigirá también un comprobante de la inspección técnica realizada ante los servicios oficiales.

De aceptarse la propuesta, el propietario de un coche debería solicitar obligatoriamente la licencia municipal para circular por su ciudad. En principio, sólo en las ciudades de más de 100.000 habitantes correspondería a los ayuntamientos la concesión de dicha licencia. En el resto de poblaciones, la tramitación debería seguirse en la diputación o en las entidades supramunicipales, hasta que todos los consistorios se hagan cargo de esta competencia.

El conductor, una vez cumplidas las condiciones exigidas para la concesión de la licencia, tendrá que pagar una tasa cuya cuantía mínima sería fijada, periódicamente, por la Administración Central del Estado y acomodada por cada consistorio a las circunstancias propias. En principio, parece que su importe sería inferior al actual impuesto de circulación.

Uno de los aspectos importantes que introduce la propuesta de la Federación de Municipios de Cataluña es la posibilidad de no pagar las multas que se impongan por infracciones de aparcamiento siempre que las mismas no superen un tope anual determinado por cada ayuntamiento. Cada vehículo podría acumular un número de multas de estacionamiento (entre 3 y 5, según la propuesta) que, de no superar el máximo establecido, no le serían cobradas. Superado el límite, debería hacer efectivas todas las sanciones; en el supuesto de no hacerse así, no se podrá renovar la imprescindible licencia de circulación.