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La rebaja de la aportación del Estado impide al ayuntamiento liquidar deudas y pone en peligro la ejecución del Plan General

El Ayuntamiento de Madrid no podrá pagar este año la mayor parte de las deudas acumuladas en el período comprendido entre los años 1980 y 1982, que se sitúan en torno a los 20.000 millones de pesetas, como consecuencia de la reducción -desde los 100.000 millones de pesetas previstos a sólo 35.000 millones- de la partida que los Presupuestos Generales del Estado de 1984 van a dedicar a cubrir los déficit acumulados por los ayuntamientos. La reducción del índice de participación de los ayuntamientos en los ingresos del Estado, del 8% actual al 7,23%, va a provocar un recorte sustancial en los presupuestos de inversiones de los próximos años, que afectará de manera especial a la ejecución del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, manifestó ayer el primer teniente de alcalde y portavoz del PSOE, Juan Barranco.

Por otra parte, el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, se entrevistará el próximo día 23 con el presidente del Gobierno, Felipe González, para tratar el problema e intentar conseguir un mayor apoyo de los presupuestos del Estado a las haciendas municipales.De los 35.000 millones destinados a liquidar los déficit municipales corresponderían a Madrid, según Juan Barranco, aproximadamente 8.000, aunque otras fuentes del equipo de gobierno municipal, con mayor escepticismo, redujeron la cifra a sólo 6.000 millones de pesetas.

Los 20.000 millones de déficit acumulado por el ayuntamiento incluyen deudas a empresas privadas, bancos e instituciones financieras, y tesorería de la Seguridad Social (unos 4.000 millones), y las pérdidas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). La corporación tenía previsto que el Gobierno, como había prometido antes y después de las elecciones del 28 de octubre, se hiciera cargo del déficit acumulado.

Ante la decisión de aplazar la entrega de las partidas que permitirían liquidar la deuda, se le abren a la corporación dos posibilidades, según Barranco: pagar las deudas y paralelamente recortar de forma radical los presupuestos ordinarios y de inversiones, o demorar un año más el pago de las deudas, con los consiguientes gastos financieros, y mantener los presupuestos en el nivel de gasto previsto. Los presupuestos ordinario y extraordinario para 1983 se sitúan en 67.000 millones de pesetas y 3.700 millones, respectivamente.

El Plan General, en peligro

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De cualquier manera, esta situación imposibilita a la corporación para acometer la gestión de los próximos años con una hacienda saneada, como tenía previsto. El ayuntamiento, según manifestó Barranco, "ya se había apretado el cinturón" para conseguir que el ejercicio de 1983 se cerrara sin déficit y para plegarse a las condiciones del proyecto de ley de medidas urgentes de saneamiento y regulación de las haciendas locales, actualmente en las Cortes, que exige una auditoría de la gestión de cada corporación antes de que el Estado se haga cargo de sus deudas. El Ayuntamiento de Madrid ya tiene auditados los ejercicios correspondientes a 1980 y 1981, y ha presentado en el Ministerio de Hacienda las cuentas y justificantes de 1982.

La otra medida prevista en los Presupuestos Generales del Estado para 1984 que afecta a la hacienda municipal es la reducción del porcentaje que los ayuntamientos reciben de los ingresos estatales. El 44% del dinero de que dispone el Ayuntamiento de Madrid procede de esta partida, mientras que el resto lo recauda de las tasas y los impuestos municipales. Este año, el Gobierno había aumentado el índice de participación del 7% al 8%, lo que supuso un ingreso de 32.000 millones de pesetas para el municipio madrileño. La anunciada reducción al 7,23% romperá todos los cálculos de los ediles socialistas, incluidos los que se refieren a la ejecución del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, que según los cálculos oficiales exigirá una inversión superior a 380.000 millones de pesetas a lo largo de 15 años, de los que la corporación debe aportar 85.000 y el Estado el resto.

Mientras el Plan General se encuentra en fase de tramitación, está suspendida la concesión de licencias de construcción en las zonas cuyo planeamiento urbanístico va a resultar previsiblemente modificado.

No habrá subida de tasas municipales, de momento

"Los ayuntamientos", en palabras de Juan Barranco, "son canales privilegiados de redistribución de la renta -ya que dotan a las personas de ingresos más bajos de los servicios que necesitan- y de creación permanente de puestos de trabajo, si pueden invertir en proyectos de construcción. Si, en vez de aumentar, se reduce la cuota que reciben de los presupuestos, a las corporaciones locales apenas le quedarán fondos para acometer las inversiones. En la situación actual, los ayuntamientos tienen que dedicar la mayor parte de su dinero a cubrir los servicios imprescindibles de una ciudad, como lo es en Madrid la deficitaria EMT, y al pago de la plantilla". Este será, por otra parte, el núcleo argumental que Enrique Tierno defenderá el día 23 ante Felipe González.

Otra recurso, según las impresiones que manejaba ayer Juan Barranco, es subir las tasas e impuestos municipales, medida impopular que, al menos este año, no va a adoptarse. "Va a quedar reducida la capacidad de maniobra del ayuntamiento", concluyó el primer teniente de alcalde, "y, por tanto, va a empeorar la imagen de la corporación ante el ciudadano".

Barranco confía, no obstante, en que el madrileño sepa analizar y ponderar las circunstancias de crisis económica en que tenemos que desenvolvernos".

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