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El pianista soviético desaparecido en España es un nuevo Rubinstein

La desaparición en España del pianista soviético Alexander Toradze, de 24 años, que acompañaba hasta el pasado 25 de agosto a la Orquesta Sinfónica de la Radiotelevisión Soviética, seguía estando ayer rodeada por el misterio. Fuentes de la embajada soviética en Madrid confirmaron a Efe que no se sabe nada del paradero del músico y en el Ministerio español del Interior se carece igualmente de noticias sobre el pianista, al que críticos internacionales han llegado a calificar como 'nuevo Rubinstein' de la música en la URSS.

Nada se sabe hasta la fecha sobre el paradero del pianista soviético Alexander Toradze que, en calidad de artista invitado, llegó a España con la Sinfónica de la Radio televisión Soviética, y al que se perdió la pista durante la estancia de la orquesta en Asturias. En un principio se creyó que había resuelto tomarse unos días de turismo e incluso se llegó a decir que había sido detectada su presencia en Vizcaya. Concretamente desapareció el 25 de agosto. Las primeras noticias del solista perdido tardaron en difundirse, pues la atención de todos se fue hacia el suicidio de Boris Korsakov, de 57 años, que se quitó la vida en un hotel de Gijón el pasado 27 de agosto. La orquesta interpretó luego con el Orfeón Donostiarra la Novena de Beethoven, en un emotivo homenaje al músico, y siguió sin más sustos la gira, que acabó en León.Boris Korsakov, primer violinista de la mencionada orquesta, era un concertino y maestro de excelentes violinistas, entre ellos su hijo Andrei, al que oímos con ocasión de la primera visita a Madrid de los sinfónicos moscovitas, hace tres temporadas.

Poco se sabe en España del pianista Alexander Toradze, aunque su nombre ha adquirido ya en otros medios evidente prestigio. En España sólo es conocido ahora por su extraña desaparición, que en un principio fue desmentida por los círculos de la propia orquesta. Se esperaba que Toradze se reincorporara a la orquesta cuando ésta emprendiera el regreso a Moscú. La vuelta de la orquesta a la capital soviética se produjo el pasado sábado desde el aeropuerto madrileño de Barajas. Toradze no compareció. Funcionarios de la embajada soviética fueron a comprobar esta circunstancia.

Una familia musical

Perteneciente a una familia musical georgiana, en la que destaca David Toradze, padre del pianista y uno de los más destacados compositores de esa República, Alexander Toradze nació en Tiblisi, el año 1959. Sus primeros estudios los realizó en la Escuela de Música S. Pauliasvili, con el profesor Rozhok, perfeccionados luego en el mismo centro con el catedrático de piano Gurevitch. El paso definitivo en la formación pianística de Toradze lo da en el Conservatorio Chaikovski, de Moscú, trabajando junto al profesor Zemlianski y, en el período de posgraduado, también con Naumov.Un primer triunfo espectacular lo obtiene Toradze a los 16 años, al ser laureado con el tercer premio en el Concurso Internacional Cazagandi, de Italia. Pasarían sólo dos años para que el pianista georgiano se hiciera con el segundo premio y medalla de plata en la quinta edición de una de las más importantes competiciones píanísticas del mundo: el Concurso Van Cliburn (Fort Worth, Estados Unidos), en el que participaron en esa ocasión 76 pesos pesados del piano.

No fueron pocas las voces que se alzaron para afirmar que Toradze debía haber sido eI primer premio absoluto, tal y como escribía el crítico del New York Times. Uno de los miembros del jurado, la gran pianista Lily Krauss, comparó a Toradze con un volcán musical, y otro comentarista, después de la actuación de Toradze en el Carnegie Hall, de Nueva York, profetizó que "podía llegar a ser un nuevo Arturo Rubinstein".

Todos señalan la poderosa técnica, la brillantez de color y la potencia expresiva del joven concertista, que, como muchos de su generación, parece conciliar el perfeccionismo y la grandeza de sus grandes predecesores inmediatos con la comunicatividad llameante de los virtuosos de otro tiempo.

Los continuados éxitos alcanzados por Toradze en sus giras por Estados Unidos hacen suponer a muchos que cualquier día aparezca en Boston, Nueva York o Filadelfia, dispuesto a continuar su rutilante carrera. Claro que también logró triunfos de importancia en las dos Alemanias, en Yugoslavia y en otros países europeos.

Quienes trataban a Toradze han recibido con sorpresa su espantada, y ello porque tenía anunciado para noviembre el estreno en Moscú del Concierto para piano y orquesta, original de su padre, David, partitura en la que había trabajado durante 15 años.

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