El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria cita a declarar a un ex director de la Modelo por un caso de torturas
Manuel Marino Camacho Panadero, ex director de la cárcel Modelo de Barcelona, deberá comparecer el próximo día 8 de septiembre ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria para declarar sobre un expediente por presuntas torturas infligidas a un recluso. Manuel Marino Camacho Panadero es actualmente el subdirector de la prisión de Segovia.
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SALES,
El expediente judicial, a raíz del cual ha sido citado a declarar el ex director de la Modelo, se remonta a mediados de marzo de 1982, cuando en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria se presentó una denuncia por las presuntas torturas a que había sido sometido el recluso José Molina Castillo durante los tres meses que permaneció en las celdas de observación psiquiátrica de la Modelo, más conocidas con el nombre de El Palomar.Las vejaciones a que se encontraban sometidos los reclusos encerrados en El Palomar habían sido reiteradamente denunciadas en los últimos años por los propios detenidos. Las asociaciones de familiares de los reclusos habían reclamado incluso la clausura de estas estancias. Las habitaciones, totalmente acolchadas, carecían de lavabos y los detenidos que habitualmente permanecían esposados, con las manos sobre su espalda, se veían obligados a hacer sus necesidades en un cubo, en el mismo recipiente en el que se les proporcionaba la comida. El único mobiliario consistía en una colchoneta de espuma que les era introducida en la estancia después del toque de queda.
José Molina Castillo, vecino de Badalona, de 18 años de edad, había sido detenido en el mes de noviembre de 1981, acusado de un delito contra la propiedad. Su madre, al tener conocimiento de su reclusión, compareció ante la autoridad aportando una serie de documentos en los que demostraba que su hijo era un enfermo mental que había estado internado en un manicomio, por lo que reclamaba su libertad provisional.
Los responsables de la cárcel Modelo de Barcelona examinaron con escepticismo la documentación, creyeron que se trataba de un engaño, pero consideraron oportuno someterlo a observación psiquiátrica. En el primer dictamen médico, después de un período de observación, se habla de una enfermedad de tipo psicótico y de una presunta simulación. Tres meses después de su internamiento fue trasladado al hospital Psiquiátrico Provincial de Santa Coloma de Gramenet, dependiente de la Diputación Provincial.
El estado síquico y físico del enfermo alertó e indignó a los médicos del centro de Santa Coloma de Gramenet, quienes pusieron en conocimiento de las autoridades las diferentes lesiones del paciente. En aquel informe se aconsejó su traslado al hospital Clínico Provincial, donde permaneció durante cerca de un mes. Según aquel dictamen, la peor de las lesiones físicas consistía en un hundimiento de varias costillas que le habían provocado un neumotorax en el pulmón izquierdo.
Por su parte, uno de los cela dores del centro psiquiátrico de Santa Coloma de Gramenet hizo referencia al estado de agitaciónen que se encontraba el detenido y explicó que José Molinas prorrumpía en alaridos cada vez que oía el ruido de unos pasos que se acercaban a su habitación.
Los médicos detallaron también otras lesiones en los labios y piernas, así como unas señales de quemaduras en las palmas de ambas manos y unas cicatrices en la espalda que "podrían haber sido producidas con un objeto tipo látigo".
Todos estos hechos fueron puestos en conocimiento del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria el 11 de marzo de 1982 en una documentada denuncia firmada por varios letrados miembros de la Comisión de Defensa.
A lo largo del pasado año judicial diversos médicos, funcionarios e internos de la cárcel Modelo de Barcelona fueron citados a declarar ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria. La letrada penalista María Teresa Sánchez Concheiro, que ha asumido la defensa de los intereses del recluso, pidió a la vista de las declaraciones que se citara al ex director de la Modelo Manuel Marino Camacho Panadero. Por aquella época, Camacho había sido ya trasladado a la prisión de Alcalá, desde donde ha pasado a ser subdirector de la prisión de Segovia. Según se desprendía de aquellas declaraciones, el director de la Modelo conocía perfectamente la situación del recluso y no había hecho nada para paliarla.
Este expediente del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, que preside el juez Antonio Doñate, consta de más de 300 folios.
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