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Jaruzelski rechaza las propuestas de normalización política hechas por el Episcopado polaco

El mismo día que la Conferencia Episcopal polaca planteó las exigencias de diálogo, amnistía total y pluralismo sindical, el máximo dirigente polaco, general Jaruzelski, respondió negativamente a las mismas en una reunión celebrada en Katowice con funcionarios de los nuevos sindicatos, creados después de la declaracion de ley marcial. En los últimos días, han sido detenidas siete personas en relación con los preparativos de actos de protesta con ocasión del tercer aniversario de los acuerdos de Gdansk del 31 de agosto de 1980. Jaruzelski se refirió a la fecha del 31 de agosto y dijo que fue "una leccion de historia", y añadió que la mano sigue tendida a toda gente de buena fe". Dijo que "no habrá negociaciones ni conversaciones con aventureros ni con gente que más de una vez abusó de la confianza y llevaron al país al borde de la catástrofe".

Los obispos pidieron pluralismo sindical en su documento, pero Jaruzelski dijo que "está últimamente de moda la palabra voladora pluralismo. Se derraman diferentes lágrimas de cocodrilo. Ya se dijo hoy aquí cómo era el pluralismo en 1981". A continuación acusó a los extremistas de Solidaridad de comportarse de forma totalitaria cuando actuaron legalmente.

La intervención de Walesa

Los periódicos del sábado publicaron la intervención del líder del sindicato prohibido Solidaridad, Lech Walesa, con motivo de su enfrentamiento con el viceprimer ministro, Mieczyslaw Rakowski, el pasado jueves, en el astillero Lenin, de Gdansk, cuando los obreros abuchearon al miembro del Gobierno y del partido y llevaron a hombros al dirigente sindical. Los textos publicados recogen el dramatismo del enfrentamiento entre Walesa y Rakowski.Era la primera vez, desde la declaración de ley marcial en diciembre de 1981, que la Prensa polaca -incluido el órgano del partido Trybuna Ludu- publicaba el texto de una intervención de Walesa.

Rakowski hizo en su discurso una crítica a Solidaridad y dijo que "fue destruido por los extremistas, gente que por diferentes motivos se convirtieron en enemigos abiertas del socialismo". Rakovski dijo que, "en contra de los acuerdos de Gdansk, Solidaridad no fue un sindicato ni clásico ni semiclásico".

Walesa hizo una autocrítica y criticó al Gobierno: "Creo que hubo errores de Solidaridad, pero) por parte del Gobierno fueron todavía mayores. No tuvimos posibilidad de defensa y justificación pública". Más adelante dijo: "Hoy nos sentimos desilusionados, porque os habéis subido encima de nuestras espaldas. En vez de comprendemos, nos ofendéis. Lo disolvéis todo y enviáis tanques y porras contra nosotros".

Walesa insistió en que Solidaridad no tiene un carácter antisocialista y relanzó su propuesta de diálogo: "Queremos que os sentéis junto con nosotros a la mesa y charlemos sobre los errores".

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