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RELIGIÓN

La comunidad judía se opone a la existencia de listas de miembros de las distintas confesiones religiosas

La Federación de Comunidades Israelitas de España se opone al nuevo "impuesto religioso" por suponer, entre otras razones, la existencia de listas informatizadas de miembros de las distintas confesiones. Samuel Toledano, secretario de la federación, manifestó a EL PAIS la oposición de las comunidades israelitas, oposición compartida por las Iglesias evangélicas, a esta forma de recaudación que puede estar vigente el año próximo.

El tema del mal llamado "impuesto religioso" ha provocado la formación de un frente común de los miembros de la comunidad israelita con los de otras confesiones, principalmente protestantes. El Gobierno pretende sustituir la dotación presupuestaria que se venía concediendo anualmente a la Iglesia católica por una fórmula según la cual un porcentaje determinado del impuesto sobre la renta de las personas físicas sea recaudada por el Estado y entregada a la confesión que elija el contribuyente. Este marcará con una cruz una de las casillas destinadas al efecto en el impreso de la declaración, en donde figura la confesión que le es afín. En el caso de ateos, agnósticos o no creyentes, se podrá destinar esa contribución a la beneficiencia general del Estado."A este sistema", dice Samuel Toledano, "nos oponemos de una forma total por dos razones fundamentales. La primera y más importante es que consideramos que esto constituye una intromisión inadmisible en las relaciones entre el fiel y su confesión. La contribución de los fieles ha de ser libre y voluntaria y el Estado no debe actuar como intermediario en este tipo de relaciones espirituales".

El secretario de la Federación de Comunidades Israelitas español nacido en Tánger y criado en Marruecos, pertenece a ese grupo sefardí que nunca perdió la vinculación con España. Abogado y economista, no cree que esta postura frente al impuesto religioso sea una forma de separación total con el Estado, como por ejemplo realizan en la teoría y en la práctica los Testigos de Jehová. Toledano argumenta además una segunda razón cuyas raíces están en la "reciente historia del pueblo de Israel".

Opuesto a la Constitución

"Somos tradicional y visceralmente opuestos a la existencia de listas. El ciudadano, al poner una cruz en la casilla correspondiente está declarando a qué confesión pertenece y esto se opone al espíritu y contenido de la Constitución española, según la cual nadie está obligado a declarar sus creencias. Sabemos que estas declaraciones son informatizadas y que de ahí saldrán listas; qué duda cabe que estas listas están hechas con la mejor buena fe. Pero la historia del pueblo judío nos ha demostrado el peligro de estas relaciones. Alemania fue durante siglos un ejemplo cultural para Europa en las artes, en las letras, en las civilizaciones y, sin embargo, un buen día llegó un régimen que nadie esperaba y listas de este tipo llevaron a muchos judíos a los campos de exterminio. Se nos puede responder que nadie está obligado a declarar su religión, pero esto obligaría a los miembros de nuestra comunidad a elegir la contribución a la beneficiencia y a renegar, de rechazo, de nuestras creencias y a no contribuir a la financiación de su propia confesión".La solución que aportan las comunidades israelitas y las iglesias evangélicas a este contencioso es el reconocimiento por parte del Estado del interés del fenómeno religioso, como de hecho ya se hace, y desgravar de la declaración de la renta sobre las personas físicas las contribuciones de los particulares a sus confesiones. Este mecanismo "de declaración" es el adoptado por la Administración norteamericana frente al anterior "de imposición" vigente en la República Federal Alemana.

La Federación de Comunidades Israelitas de España, que agrupa a un total de 12.000 fieles asistidos por dos rabinos -sacerdotes judíos- y varios funcionarios religiosos, elaboró un proyecto de convenio con el Estado español muy similar al redactado por las confesiones evangélicas, con quienes se han realizado una serie de reuniones para unificar criterios.

No trabajar los sábados

Con la firma de este convenio se pretende que, en lo posible, los judíos y los adventistas del séptimo día no se vean obligados a trabajar o prestar servicios los sábados y durante las principales fiestas religiosas.En el caso particular de la comunidad israelita se pretende también el absentismo laboral y la no celebración de exámenes u oposiciones en tres jornadas muy especiales del calendario judío: la festividad del Yom Kipur (dia del gran perdón) y los dos días del Rosh Hashanah. (año nuevo), que este año coincide con el ocho de septiembre.

Otros títulos del proyecto de convenio se refieren a la actividad de los rabinos en hospitales y cárceles, su servicio militar, la no obligatoriedad de prestar declaración ante los tribunales en relación con materias de las cuales tuvieran conocimiento en razón de su ministerio.

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