Pronosticos, bien; bolsas, mal
Se cumplieron holgadamente todos los pronósticos y las bolsas bajaron. En la última reunión de la semana que finaliza se resume realmente todo lo que el mercado ha dado de sí, pero corregido -esta vez apenas hubo excepciones- y aumentado: las bajas fueron más fuertes. La inversión a corto ha logrado con sus temores hacer retroceder los índices generales de una manera sustancial, algo que nadie, o casi nadie, se esperaba al principio de las vacaciones.Mientras tanto, la actitud de los grandes bancos, tomando tan sólo cantidades en tomo al 40% de sus saldos particulares, no es en absoluto ajena a la situación que se ha venido gestando durante las últimas sesiones de los mercados bursátiles. El número de títulos a la venta que sumaban entre los siete grandes incluso se había reducido en relación con el día anterior, pero esto no fue un aliciente para estas instituciones, que continuaron cediendo posiciones como si tal cosa ante la seria mirada de los todavía escasos asistentes a las reuniones.
La disminución en los saldos de los bancos fue casi general, si bien el Santander registró un ligero aumento. En el capítulo de los descensos destacó, por ser el que mayor saldo particular tenía, el que registraron los títulos del Banco- Español de Crédito, y el Popular, que el día anterior había barrido, se vio obsequiado con otros 5.000 títulos.
A pesar de que los bancos son los principales valores de los mercados, y todo lo que se refiera a ellos aparece como lo más importante, la nota más destacada estuvo ayer en la evolución de los valores eléctricos.
Hidrola, tras los tantos de las últimas sesiones, cedió 1,50 enteros en Madrid y Valencia y 1,25 en Barcelona, al tiempo que arreciaban los rumores sobre el recorte de dividendos que las compañías eléctricas se pueden ver obligadas a realizar en breve. Se trata sólo de rumores, pero el precedente sentado por Iberduero pesaba en el ánimo de los vendedores.
La situación en el resto de los sectores fue similar a la de los dos principales grupos, destacando solamente el hecho de que las pérdidas más fuertes se centraron, en los cuatro mercados, en valores estratégicos para la confección de los índices.
Un detalle que alivia algo la situación es que no se puede considerar a ésta como caótica, dado el bajo nivel que sigue registrando la contratación, un indicador claro de que las ventas proceden en su mayor parte de la barandilla. Evidentemente hay que esperar a la próxima semana a la incorporación de los operadores de las principales instituciones para ver el rumbo que toman las bolsas, dándole hasta entonces a las cosas la importancia que realmente tienen.
Las pérdidas que registraron los índices generales de los tres mercados que operaron ayer -Barcelona, -2,14-; Valencia, -0,87-, y Madrid -1,06- son un testimonio de los temores y las corazonadas de la inversión a corto plazo, y poco más que eso. Realmente lo único que merece destacarse es que a muchos se les ha estropeado el agosto o, como se suele decir en el argot bursatil, el agostillo.
Esperemos que, al mismo tiempo que finaliza el presente mes de agosto, desaparezcan de los parqués la apatía y el aburrimiento que, muy a pesar nuestro, ha terminado por llegar a estas líneas en más de una ocasión.
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