UGT cree que ya no es posible el concierto social para 1984

La Unión General de Trabajadores (UGT) no cree que sea posible conseguir el concierto social para 1984. "Todos los datos apuntan a que no habrá un acuerdo global con el Gobierno", según manifestaron ayer fuentes de la central socialista que mostraron su preocupación ante la próxima negociación colectiva. Las citadas fuentes subrayaron que, aparentemente, no existe intención por parte del Gobierno de concertar con sindicatos y patronal las líneas de actuación del próximo año.A pesar de las promesas del Gobierno de remitir a los sindicatos documentación sobre el Programa Económico para 1984, después de dos meses las centrales no han recibido información escrita sobre su contenido ni sobre aquellos aspectos de los Presupuestos Generales del Estado que inciden en el nivel de prestaciones sociales. El conocimiento de las previsiones del Gobierno para el próximo año es, a juicio de UGT, un factor fundamental para establecer un mínimo acuerdo global.

En un documento elaborado por esta central hace unas semanas en torno a la política de solidaridad se subrayaba que ésta "sólo era posible ( ... ) en la medida en que el Gobierno, que cuenta con un respaldo sin precedentes, explique abiertamente la situación del país, las medidas para afrontarla, los sacrificios que la sociedad y sus distintos componentes deberían de abordar y la sociedad que podemos constituir a medio plazo".

Moderación salarial con contrapartidas

En el mismo documento se recuerda que la propia moderación salarial aceptada por UGT en su resolución sobre política sindical del pasado congreso requiere contrapartidas concretas a nivel presupuestario que tendrían que haber sido negociadas con sindicatos y patronal, antes de la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado. Las negociaciones no se han producido, sin embargo, y ya no hay tiempo material para reunir a las partes e incluir las contrapartidas exigidas por los sindicatos.En círculos de la central socialista es fácilmente apreciable un acusado malestar por las actuaciones del Ejecutivo que colocan al sindicato en una difícil situación de cara a la próxima negociación colectiva. En estos medios existe, además, la sensación de que determinados sectores del Gobierno propugnan una política de confrontación de cara al próximo año, como fórmula ideal para conseguir la moderación salarial.

El razonamiento de los citados sectores de la Administración se basa en que cualquier negociación con las partes sociales "arrancaría" topes salariales superiores a los que el propio Gobierno considera necesario imponer para el próximo año. En consecuencia, la estrategia iría en orden a presentar una serie de medidas muy duras que se irían, paulatinamente, suavizando según el grado de contestación que alcancen.

Por otra parte, José María Zufiaur, secretario de relaciones institucionales de UGT, señalaba ayer que veía muy improbable un acuerdo bilateral, sindicatos patronal, de características similares al Acuerdo Interconfederal del pasado año. La tendencia de la negociación colectiva apunta, según Zufiaur, hacia grandes convenios de sector que sustituyeran a las ordenanzas laborales.

En el documentado citado UGT propugna el establecimiento a nivel de empresa de acuerdos de empleo en los que, a cambio de menores aumentos salariales, se redujese la jornada y siempre que se pactase la contratación de nuevos trabajadores.

Por otro lado, la crispación provocada por la aplicación de la jornada de 40 horas es otro factor más que dificulta las conversaciones a nivel global con la patronal, convencida que estos acuerdos aportan una gran rigidez a la negociación colectiva. En cualquier caso, un pacto entre empresarios y sindicatos no podría incluir temas como la cobertura de desempleo, jubilaciones, pensiones o legislación laboral en los que se requiere el concurso del Gobierno.

José María Zufiaur reconoció que UGT se hallaba en "una posición incómoda" de cara a la próxima negociación, aunque advirtió que por parte de la central socialista existía la intención de seguir defendiendo el mantenimiento del poder adquisitivo global de los salarios.